El Ministerio de Cultura y Mario Martínez Fernández, en coordinación con el Museo de Arte Moderno (MAM), dejaron inaugurada la exposición “Ramón Oviedo, El Triunfo del Espíritu”, como una iniciativa institucional enfocada en la importancia del estudio de la presencia y los aportes del mecenazgo cultural en el país.
El acto inaugural estuvo presidido por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, acompañado de María Elena Ditrén, directora del Museo de Arte Moderno; Mario Martínez Fernández y su esposa Socorro Veloz de Martínez, coleccionistas; y el Maestro Ramón Oviedo.
Además de Amable López Meléndez, crítico de arte y curador jefe del MAM; Danilo de los Santos, consagrado artista e historiador del arte dominicano; y María del Carmen Ossaye, directora editorial y coordinadora de los eventos que se realizarán en el marco de la exposición.
Ditrén destacó que «los niveles de excelencia, maestría y aporte al arte nacional han hecho al maestro Ramón Oviedo merecedor del máximo reconocimiento en este sector: el Premio Nacional de Artes Plásticas, en su edición del año 2013; motivos por los cuales, para el Museo de Arte Moderno es un honor recibir la exposición que se enmarca en el tributo que le rinde el Estado dominicano, a través de este máximo galardón, favoreciendo la exhibición de una selecta muestra de sus obras».
Martínez Fernández explicó que“por años mi esposa (Socorro) y yo habíamos conversado sobre el proyecto que hoy podemos entregar hecho realidad; primeramente motivados por la necesidad de dar a conocer algunos de los secretos que guarda nuestra colección y, sobre todo, como un tributo al más admirado maestro de la plástica de nuestro país».
Agregó: “No conozco cuándo o dónde se acuñó el término ‘oviedofilo’, pero si el momento en que un amigo me ‘tildó’ como tal y todo el proceso que me llevó a enamorarme de la obra del maestro Oviedo; su versatilidad, la forma en que trata la cotidianidad, su dibujo y el sentido del humor que impregna a muchas de sus obras, su constante renovación que le ha valido llamarlo el maestro siempre joven por algunos de sus amigos y críticos de la plástica y muy en especial el maravilloso ser humano que refleja su grandeza con humildad, con los espaldarazos que constantemente le ha dado a los noveles artistas, asistiendo a sus exposiciones u ofreciéndoles el debido consejo”.
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