Son más de 14 kilómetros que conforman el malecón de Santo Domingo encuadrados una gran parte dentro del Distrito Nacional. Una franja costera que comenzó a desarrollarse a finales del siglo XVIII con el Paseo presidente Billini en la franja dentro de la Ciudad Colonial que divide la ya destruida muralla, de ahí continuó creciendo hasta convertirse en avenida George Washington para terminar en carretera 30 de Mayo, pero al final todo el malecón hasta la avenida Luperón y Manresa.
Son muchos los recursos que se han invertido en el malecón de tal manera que en los últimos años varios alcaldes de la capital, así como el Ministerio de Obras Públicas lo han remodelado varias veces, pero el resultado ha sido el mismo, sólo los dominicanos van al atractivo lugar porque el turismo exterior no encuentra facilidades para pernoctar allí.
De qué se trata, bueno de que no existen facilidades para visitar el malecón entre acera y acera. Por el lado costero están los arrecifes, el mar Caribe abierto al candente sol tropical que envuelve la capital dominicana, lo cual es sólo atractivo de noche porque no tiene playa. Ya Güibia no es manejable, y por el otro los cruces de peatones son verdaderos mataderos de personas debido a las imprudencias de los conductores de vehículos, camiones, motoristas y todo aquel que quiere utilizar esa avenida.
Durante el gobierno de Trujillo existía la playa de Güibia, verdadero atractivo turístico de la capital. En esos tiempos, Boca Chica era la playa de los ricos, Guibia de los pobres, pero bien elaborada y con servicios básicos. Esto se dañó cuando de repente colocaron el botadero de basura en la carretera 30 de Mayo, lugar donde mataron al dictador Trujillo, ahí llegaron tiburones y todo tipo de depredadores marinos en busca de alimentos lo que ponía en peligro las vidas de los bañistas.

A eso agregar la salida de las aguas negras de la capital también bajaban al malecón lo que sucede todavía, dañando la salud de los bañistas porque eso produce muchas enfermedades. Los hoteles nunca han dado pie con bola precisamente porque el transeúnte y turistas no pueden cruzar la avenida debido a las altas velocidades sin control que se manejan en el malecón.
Ruinas abandonadas, edificios semi construidos, negocios en quiebras, sólo algunos hoteles de grandes cadenas han sobrevivido a la situación de inseguridad y malos manejos públicos que se dan en el malecón los cuales no sabemos si atribuirlos a la alcaldía de la capital o al Ministerio de Turismo.
Lo que ha pasado entonces es que las inversiones hoteleras se han mudado al centro de la ciudad dando de lado al lugar más natural para invertir en hoteles y servicios de restaurantes, el malecón de Santo Domingo. Este lugar es uno de los pocos respiraderos que utilizan los ciudadanos que resulta gratis para el esparcimiento, pero los dominicanos no los extranjeros quienes no logran entender que una partida de buscones, busca vida y abusadores cobren por un parqueo que es público no privado.
Operan algunos restaurantes de gran calidad, pero ocultan la vista al mar y sólo por algunas relaciones que logran tener porque de hecho violan las leyes, están colocados a la orilla del mar. Lo demás es desorden y bebentina de tal manera que al malecón se le ha puesto el nombre de la mayor discoteca de la República Dominicana debido a que la gente lo toma para consumir alcohol, hacer fiestas y otros desordenes que allí se originan, incluyendo aparatosos accidentes entre camioneros que por falta de leyes y aplicaciones hacen lo que les parece ahí.
Algunos atractivos
El malecón de Santo Domingo, oficialmente conocido como la avenida George Washington, es un emblemático paseo marítimo que se extiende a lo largo de aproximadamente 14 kilómetros, bordeando la costa del Mar Caribe. Este bulevar es reconocido por su vibrante vida cultural recreativa, albergando una variedad de hoteles de lujo, restaurantes, casinos y monumentos históricos.
Inaugurado en 1924, el malecón ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los años. Una de las renovaciones más significativas se llevó a cabo en 2017, cuando se añadieron carriles para bicicletas y patinadores, así como áreas de esparcimiento y asientos para el disfrute de locales y visitantes.
Entre los puntos de interés destacados para visitantes están: monumento a Fray Antón de Montesinos: una imponente escultura de15 metros que rinde homenaje al fraile dominicano defensor de los derechos de los indígenas durante la época colonial.
Obelisco Macho: construido en 1937, esta obra de 40 metros de altura conmemora eventos históricos significados de la República Dominicana.
Obelisco Hembra: Erigido en 1947, simboliza la independencia económica del país cuando el país saldo su deuda externa.
El malecón también es escenario de eventos culturales de gran relevancia, como el Festival del Merengue ya desaparecido, que se debería celebrar en julio de cada año, atrayendo multitudes que gozan nuestra musical principal que es el merengue.
Además de su oferta cultural, el malecón ofrece espacios como: Plaza Juan Barón, Parque Eugenio María de Hostos, sitios ideales para actividades al aire libre, ejercicios y esparcimiento familiar. Estos lugares cuentan con áreas verdes, juegos infantiles y vistas
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