26/06/2025
Distopía

El futuro de RD y la frontera

República Dominicana ha cargado pesado desde años inmemoriales, con los problemas que han marcado a la nación vecina, Haití; una bomba de tiempo. Sin embargo, nuestra nación se encuentra en un momento crucial y el futuro del país no puede concebirse sin abordar de manera efectiva la situación de la frontera.

 La línea que nos separa de Haití no sólo representa un límite geográfico. Sino que es un punto crítico donde convergen desafíos económicos, sociales y políticos que requieren atención urgente y soluciones innovadoras. 

Este gobierno, ha tomado algunas medidas para enfrentar la realidad que nos sacude por años, entre ellas,  la construcción del muro fronterizo, el fortalecimiento de los controles migratorios, la elevación del tema en escenarios multilaterales, tratando de presionar para que se tome con la atención que amerita la situación por la comunidad internacional. 

No obstante, hay retos que enfrentar, así como señala Carolina Mejía, la actual alcaldesa, quien en una visita reciente a la zona fronteriza conversó con agricultores que se esfuerzan por mantenerse productivos en medio de la situación; con madres que crían a sus hijos con más fe que certezas; con jóvenes que no quieren abandonar sus pueblos. 

Y en esta visita asegura la secretaria general del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que además encontró en la frontera “una realidad geográfica, una expresión viva de nuestra identidad nacional, pero también un recordatorio de lo que debemos fortalecer, mejorar e implementar, más inversión, más planificación, más articulación territorial. La frontera no es solo un perímetro a controlar; es una región que urge incorporar plenamente al desarrollo del país”, sugiere la veterana mujer política que además sostiene que imaginar el futuro del país sin pensar en la frontera, sería un craso error. 

Ha causado sorpresa el hecho de que Carolina está tocando un tema que algunos indican no guarda relación con la municipalidad, siendo una percepción errada, puesto que la emigración ilegal es uno de los grandes males que enfrentan las ciudades, y la nuestra no está exenta,  ya que, los ilegales haitianos, -por tan solo citar un caso-, no respetan las normas de convivencia.   

Es importante que la política migratoria que ha enarbolado este Gobierno se mantenga firme, lejos de la consagrada práctica del macuteo, de que si no lacera mis intereses no importa y lejos de que sean sólo medidas con las que no todos los ciudadanos estén comprometidos. 

Por lo que ver la frontera como el lugar donde comienza la patria y no como el fin de todo, tal y como señala Mejía, es una visión acertada, así como también donde el Estado debe estar presente con escuelas, hospitales, empleo y más, de manera que quienes viven al borde de esta línea divisoria no se sientan excluidos y sí se sientan protegidos, es un gran reto para nuestras autoridades actuales y futuras. 

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