Hace 152 años, a estas horas, Abraham Lincoln quizás estaría ensayando la lectura del que se convertiría en su famoso Discurso de Gettysburg, un panegírico de unas 280 y tantas palabras, cuya pronunciación no pasó de tres minutos. No obstante, ha pasado a la posteridad como uno de los mejores discursos de la historia.
En este aniversario del famoso panegírico, te invito a imaginar:
¿Qué habría pasado si en Gettysburg Lincoln hubiera usado PowerPoint?
¿Sus famosas palabras habrían pasado a la historia?
¿Habría sido una memorable pieza de menos de tres minutos?
¿Habría logrado el orador manejarse con toda la gracia y libertad con que lo hizo?
¿Lo habrían transcrito en mármol en el Lincoln Memorial?
¿Habría generado alguna emoción en la audiencia?
Libérate del PPT. Quizás eres mejor sin él, y no lo sabes.
Abandonar el PPT provocará que la audiencia se centre en tu mensaje y no en la presentación.
Evitar el PPT es la mejor forma de edición, porque frente a la audiencia solo recordarás lo esencial. Lo superfluo desaparecerá, pues facilmente lo olvidarás.
Sin PPT probablemente regalarás a tu audiencia brevedad.
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