San Juan, Puerto Rico. En la vida hay momentos y situaciones que nos pueden sorprender, ya sea por un resurgir, resurgimiento paulatino o como parte de los ciclos normales de la naturaleza.
Observando cómo ha pasado el tiempo y ver los movimientos musicales que predominan en la actualidad, es sorprendente, debido a la modernidad que experimenta la música.
El dembow, con sonidos obsoletos y hasta defasados, podemos decir se impuso en la República Dominicana en el gusto de un sector eminentemente joven.
Qué pudo haber pasado, si los ritmos del momento en la juventud eran para esa época, en el 2005, la bachata y el regueatón, este último fue que desplazó al dembow. Exactamente, la revolución de la juventud con exponentes que van desde Daddy Yankee, Don Omar, Wisin & Yandel, Tito el Bambino o Tego Calderón, junto a otros, le dieron un giro inesperado al mundo del espectáculo musical, como parte de la modalidad del regueatón dejando atrás el dembow. A de decir que ambos ritmos contienen y comparten características musicales derivados del reggae.
Insisto, el dembow ya en su tumba musical, por la evolución que dio paso al regueatón, logra tener gran impacto, aún cuando la juventud tenía sus ritmos y plataformas a través de las cuales expresar, tocar, cantar, fusionar en la bachata, merengue urbano y mambo, el mismo reggeatón. Viene el dembow al estilo de ladrón en la noche y entra al escenario dominicano, pero de la misma forma que se fue, obsoleto, estridente, con poco futuro de supervivencia, sin embargo caló y fue la punta de lanza de varios exponentes que hoy son estrellas nacionales que, incluso, dejaron el dembow atrás.
Mirando el tiempo pasar y ver cómo se sigue pidindo a gritos cambios relevos de renovación en el merengue, que lo tiran, empujan, encierran, patean, matan, viene un ritmo que estaba muerto, totalmente aniquilado, y lo vieron como la nueva panacea de la música. Recuerdo que en los lugares donde animo y coloco música, sonaba varios temas de los que estaban acabando en nuestro país, como por ejemplo, «Cola e’ motora», «Pepe sapito» y la gente me decía: y esa ‘viejambra’, me acordaste los tiempos en la escuela, otros me decían, ‘te fuiste underground, hey a lo DJ Playero, en fin.
Cronistas, productores, medios, el mundo del espectáculo, le dieron la bienvenida a una nueva expresión de la juventud, que dejó al descubierto una brecha para analizar que todos los defectos del mundo solamente se lo buscan al merengue.
Una cosa es lo que hay que hacer en cualquier ritmo, en este caso el merengue, es trabajarlo. Pero de ahí a quitarle el derecho al público de escuchar un merengue, sea de los 70, 80, 90 o 2000 y de la actualidad, por no existir relevo, deja mucho que desear.El bolero, el tango y chachachá tienen menos vigencia que el merengue, sus protagonistas se mueven por el mundo y quien grita renovación, ah esos son intocables y no son condenados tanto como el merengue.
Así que hablando de ritmo muerto hace tiempo que tenemos uno entre nosotros que sin renovación, el dembow llegó, no puedo decir para quedarse, es lo más in que musicalmente tiene la República Dominicana actualmente por encima de la bachata, pero solo en nuestro país.
Hay que tomar en cuenta que hay exponentes que han realizado avances y variaciones exactamente sacandole los pies al muerto del dembow.
Lo escribimos en el comentario «Entrelazando códigos de ayer con los de hoy«, sabíamos que no estaba pasando lo mejor a nivel musical, y pusimos como ejemplo a Borinquen, y qué bueno que el periódico Listín Diario después, dando crédito a la opinión de El Feo Nuclear, diciendo que el que no está en esa línea del dembow, no está en nada.
Por ser la música que prefieren los jóvenes, dijimos que había que supervisar, después de todo el dembow vino sin invitarlo, y en ese entonces muy pocos reclamaron limpieza lírica, que debe imperar en todo ritmo, y ya todos sabemos el nivel cultural de nuestra juventud que está hoy día inmersa en el dembow.
Nosotros no tenemos nada contra ningún ritmo, al contrario, estamos a favor de todos los ritmos, siempre que estos lleven un mensaje sano y ejemplar para la sociedad.
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