El caos que se manifiesta en el tránsito va sobre ruedas. Se mueve a una velocidad inimaginable, tan rápido que incide en la aplicación de medidas desmedidas. El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre se pierde, junto al ciudadano usuario de «voladoras» y demás unidades de mudanza y acarreo, en una jungla de asfalto y peatones.
El problema de los entaponamientos trae al Gabinete de Transporte generando ideas y estrategias que se publicitan como «nuevas», pero que chocan con viejas iniciativas que poco sirvieron para abordar un asunto de vital importancia. Hace poco más de una semana, el siempre sonriente –por lo menos ante las cámaras– director del Intrant, Milton Morrison, anunció una «estrategia integral» con el que pretenden descongestionar las calles.
Los términos y las teorías que dominaron el anuncio fueron primorosos: «riguroso proceso técnico», «levantamientos de datos» en más de 120 intersecciones, 220 horas de videos, encuestas «origen-destino» en más de 2,00 puntos y hasta «simulaciones de tráfico» a un nivel micro y macro.
Macro sigue siendo el problema del tránsito. Las horas pico –en horarios de la movilidad de colegios y escuelas, o entrada y salida al trabajo– persisten durante todo el día… y la noche. Pero el Intrant tiene «como objetivo central de esta nueva etapa, reducir los niveles de congestión y mejorar los tiempos de desplazamiento». La idea suena casi a una experiencia religiosa.
Alexandra Cedeño, directora de movilidad sostenible y una de las técnico de mayor preparación y capacidad que todavía permanecen en el Intrant, indicó que «entre los componentes clave de la estrategia» –la más reciente– «se encuentran el reordenamiento vial en los principales corredores, la optimización de la red semafórica, la regulación del estacionamiento, la gestión horaria delos flujos laborales y escolares»… y así sucesivamente.
Quisiera uno otorgarles a los mortales del Intrant el beneficio de la duda. Ir a la cama con la esperanza de que amanecerá un nuevo día en la República, con el tránsito menos caótico y la cotidianidad más ligera. Pero ya cuesta tanto creer en esta posibilidad que va adquiriendo categoría de milagro. ¡Más de 120 medidas para combatir el imbatible problema del tránsito! La cantidad alimenta el imaginario de la gente.
Mientras tanto, desde el Gabinete del Transporte nos exhortan como ciudadanos, así como también a las empresas, sector educativo y los gobiernos locales a sumarse a esta nueva estrategia. «La movilidad sostenible requiere del compromiso y la corresponsabilidad de todos los actores sociales». Ojalá y esta vez nos equivoquemos, y se desmonte el caos del tránsito que sigue sobre ruedas.
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