El tiempo que se invierte preparando una presentación es tiempo que se ahorra presentándola. Pasarse del tiempo previsto presentando es sinónimo de baja preparación.
Uno no debería de plantear más de una gran idea por presentación, y ¿es imposible presentar una idea en menos de 10 minutos? ¡Claro que no!
Las ideas secundarias y los detalles pueden ser entregados a la audiencia en un texto de Word (como un artículo); en un Excel, si hay muchos datos cuantitativos, en un “handout” o subirlo a Internet, para reservar el tiempo de la presentación para exponer “la idea controladora”, exclusivamente, esa que quieres que la gente recuerde tiempo después de escucharte.
¿Duración ideal para una presentación? 15 minutos después de iniciada una presentación, la atención de una audiencia interesada ha caído al mínimo. De manera que trata de decir lo que tienes que decir antes de ese cuarto de hora.
¿Qué es demasiado el contenido para plantearlo en 10 minutos? Todas las historias se pueden resumir, y cuando se resumen, mejoran. El famoso discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln no llegó a cinco minutos, pero su impacto ha transcendido cinco décadas.
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