El mayor problema de The Nice Guys no es la inconsistencia de su guión, el carácter insípido de sus chistes o lo excesivo de su metraje. No, lo que no deja al film conectar con el público es el intrincado, pero insulso background de una historia que se mueve en círculos y a nadie interesa.
Por lo tanto, ¿Cómo lograr la simpatía de una audiencia hacia unos personajes que son una reminiscencia de una época a la que nadie quiere volver o con una ‘victima’ con la que no se ha tenido la oportunidad de identificarse?
El mejor recurso para ello indudablemente es la comedia. Pero en The Nice Guys, pese a que uno debe reconocer el esfuerzo de Russell Crowe para parecer gracioso, y en especial el desenfado de Ryan Gosling, el humor es precisamente lo que más se echa en falta aquí, y éste cuando aparece es en esencia rancio y nostálgico.
Crowe da vida a Jackson Healy, un bueno para el que mejor le pague, que se mueve con autoridad por las calles de Los Ángeles, al tiempo que Gosling personifica a Holland March, un inepto detective privado aficionado a la bebida, quien además vive con su extrovertida hija de 13 años.
Cuando el camino de Healy y March se entrecruzan, mientras investigan qué sucedió con una joven estrella del cine porno que unos dan por muerta y otros por desaparecida, es claro entonces que estamos en el terreno de las llamadas parejas disparejas o ‘buddy movies’.
La película es en cierta forma un homenaje a ciertos estilos, modas y tendencias de los años 70. Por eso el cine porno, como un símbolo característico del Los Ángeles de la época juega un rol estelar en la composición de la trama.
Ello no significa, sin embargo, que el film tenga algo que decir en uno de esos campos o aspectos. De hecho, el director Shane Black asume una posición neutral. El utiliza la estética y ambientación relativa a esos años como un punto de referencia o telón de fondo sobre el que discurre una historia de tono cínico y satírico, que aunque tiene sus chistes esporádicos, se recibe mayormente con desgano y apatía.
La estructuración de la trama, por otro lado, tampoco ayuda debido a que depende en exceso de un ‘MacGuffin’ –¿Qué sucedió con Amelia y la película porno en la ésta participa? –que se revela aburrido, complicado y que comprende sin mucho entusiasmo ni energía, toda la película.
Los primeros 8 ó 10 minutos del film es el momento más divertido de la cinematografica, pero en general lo mejor de The Nice Guys, sin lugar a dudas, es la banda sonora que está repleta de populares hits de la anteriormente mencionada década.
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