Melvin Peña, fino consultor en comunicación, amigo de siempre y compañero de tesis, postulaba en un espacio radial la semana pasada que ejercer la conversación en el polémico microbloggin Twitter era, con excepciones, algo aspiracional, sobre todo cuando se trata de instancias de poder.
Su planteamiento, en el programa “En la mira” , conducido por Edith Febles y Amelia Deschamps, desató una breve controversia entre Peña y los expertos en analítica y estrategia de redes sociales Raúl Baz y Pavel De Camps.
El sábado intenté conversar en Twitter con el nuevo alcalde del Distrito Nacional, David Collado, sobre un tópico altamente crítico de nuestra ciudad: los restaurantes y otros establecimientos comerciales que obstruyen el tránsito con vehículos estacionados a ambos lados de la calle o que arrebatan las aceras a los peatones.
Seleccioné como ejemplo un reconocido café, situado en la calle Víctor Garrido Puello en Piantini, que convierte la salida y entrada de mi casa en una odisea.
Se abrió una extensa conversación sobre el tema con la participación de usuarios como Yinett Santelises, José Bencosme, Alberto Reyes, Alexis Moisés, Luis Martín Gómez, Manuel Alvarez, José Tomás Paulino, Rosa Vela, Rosa María Jiménez, Omar Leger, José R. Mármol, Ana Merán (Sarah), Miguel Tejeda, R. Soriano, Itania María, Faride Raful, entre otros.
Algunos hicieron comentarios que muestran a una ciudadanía demandando soluciones a un desorden fruto de la permisividad y la burla a las normas y ordenanzas municipales sin consecuencia alguna.
En las intervenciones nunca faltó la mención a las cuentas de David Collado y de la Alcaldía del Distrito Nacional. Uno de los mensajes señalaba: “Qusiéramos escuchar la voz de nuestro alcalde de @AlcaldíaDN @DavidColladoM sobre restaurantes sin parqueos que obstruyen el tránsito”.
Tanto Collado como la cuenta de la Alcaldía ofrecieron el silencio como respuesta. En general, las instancias de poder que están en las redes sociales, con reducidas excepciones, trasladan a la esfera digital el modelo de comunicación vertical que siempre exhibieron en el mundo offline. Estar en la twittesfera de esa manera, es lo mismo que colocarse en un escaparate hablando al público en la plaza sin escuchar a nadie.
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