Es una lástima que una historia tan interesante y seria –el daño cerebral que ocasiona a los jugadores de fútbol americano, los golpes que estos reciben en la cabeza– no haya sido adaptada al cine de una forma más convincente y satisfactoria.
¿Cómo una historia de este calibre no cayó en manos de un director más experimentado? Es difícil saberlo. Pero ‘Concussion’, cuyo pedestre guion fue escrito por el propio director del film, Peter Landesman, es incapaz de generar interés o el más leve entusiasmo. Como consecuencia, la película es mayormente aburrida y esencialmente insípida.
Basada en un artículo de la revista GQ del año 2009, escrito por Jeanne Marie Laskas, ‘Concussion’ no se centra en exclusivo en narrar la forma o las circunstancias en las que el médico forense Bennet Omalu descubrió la Encefalopatía Traumática Crónica, (también conocida como CTE, por sus siglas en inglés), que padecen algunos jugadores de fútbol americano, y las implicaciones que esto tuvo en el seno de la NFL o liga nacional de futbol.
No. El relato también incluye una romance prefabricado y acartonado en el que no hay naturalidad y luce más bien forzado y carente de inspiración. Al introducir este elemento en la trama, el director Landesman trató de incorporar un sentido dramático a la narración que en realidad el film nunca alcanza, tornándose entonces en puros clichés y convencionalismos de la más fiel estampa.
Todo comenzó cuando en el año 2002, Mike Webster antiguo jugador estrella de los Pittsburgh Steelers, ganador varias veces del Super Bowl y miembro del Salón de la Fama, apareció muerto después de unos años de vida errante e inaudita, viviendo en la calle como un indigente que había perdido la razón.
Sin embargo, en una historia que por supuesto, está basada en hechos reales, y con un trasfondo tan trágico y preocupante, es definitivamente insultante el enfoque vano y superficial al que apela el director Landesman.
La riqueza y profundas repercusiones de este tema, en el cual la NFL de ningún modo podría haber quedado bien librada, debido a que por años encubrió y desconoció estos hechos, son desperdiciados indignante y miserablemente.
Para el tiempo en que la referida publicación apareció en GQ, más de 15 casos de CTE habían sido diagnosticados por el doctor Omalu, quien para entonces gozaba ya del reconocimiento de la comunidad científica en Estados Unidos.
La NFL, no obstante, seguía desconociendo y desacreditando sus hallazgos e investigaciones. Al día de hoy, nada o muy poco se ha hecho para prevenir o corregir el problema.
El deporte más popular entre los americanos sigue llenado los estadios, y mientras tanto las conmociones cerebrales entre los jugadores continúan también a la orden del día.
Es por ello que algún día, alguien tendrá que volver a abordar esta historia para narrarla en su justa dimensión con sus variadas implicaciones.
Es notorio, por otra parte que Will Smith, en el rol principal, hizo el esfuerzo por llegar y conectar con la audiencia, adoptando incluso un acento nigeriano (que no siempre funciona en el mejor sentido), pero su personaje como los demás, carece de una real definición, por lo que generalmente luce irreal, cómico o muy poco convincente.
Concebido para su lucimiento, este pudo haber sido el rol que colocara de forma definitiva al actor en un estadio superior. Sin embargo, su actuación es blanda y no lo suficientemente impactante como para concitar el aplauso.
Concussion es un film noble y con buenas intenciones, pero su puesta en escena nunca adquiere la profundidad y perspectiva que el tema amerita.
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