23/08/2025
Editorial

Cinco años de gobierno del PRM

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) se encuentra en un momento crucial de su corta pero intensa historia. Al celebrar, mañana viernes, cinco años de la gestión del presidente Luis Abinader, el partido enfrenta el desafío de consolidar su liderazgo y permanecer en el poder en las elecciones del 2028. Este periodo ha sido testigo de logros significativos y también de crecientes tensiones internas, especialmente ante la proliferación de aspirantes que desean representar a la fuerza política en la próxima contienda electoral.

La gestión actual ha sido marcada por avances en áreas clave, pero también hay desafíos pendientes que requieren una estrategia conjunta para ser abordados eficazmente. La unidad es la piedra angular para cualquier partido político que aspire a mantenerse en el poder. En el caso del PRM, la diversidad de voces y ambiciones, puede convertirse en un arma de doble filo. 

Cada aspirante trae consigo no solo una visión, sino también un grupo de seguidores que podría fragmentar la base del partido si no se maneja con cuidado. El reto radica en encontrar un equilibrio entre fomentar la participación y evitar divisiones que atenten contra la cohesión.

Luis Abinader, como líder del partido, tiene la responsabilidad de propiciar un ambiente de diálogo y consenso. Su capacidad para unir a las diferentes facciones será crucial no solo para asegurar la continuidad de su administración, sino también para mantener la confianza de la ciudadanía. 

A medida que el PRM se adentra en este nuevo ciclo, es fundamental que sus líderes entiendan que la fortaleza del partido radica en su capacidad para unir talentos y visiones en torno a un objetivo común: el bienestar del país. La unidad no solo es deseable, es imprescindible si el PRM desea seguir siendo un actor relevante en la política en los años próximos.

A todos los funcionarios que aspiran a ser el candidato presidencial en el 2028 debe quedarle claro algo: la mejor manera de lograr su propósito es trabajando en las posiciones donde se desempeñan. Al final la ciudadanía pedirá resultados y será lo que les ayude a encaminar sus propósitos. Si Abinader queda bien, también lo hace el PRM y cada uno de los que aspiran a ocupar la silla presidencial.

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