05/12/2025
Notas Breves

China

No se sorprendan ustedes si dentro de poco tiempo, en un par de años, cerca de usted hay alguien aprendiendo chino o se decide aprender usted. De hecho, en países desarrollados de la Unión Europea y en Estados Unidos, se ofrecen desde hace algunos años clases de chinos para sus nacionales y ejecutivos de empresas con oficinas en China interesados cada día más en ese amplio mercado de más de 1,600 millones de personas. Una oportunidad de negocio tremenda para cualquier empresa de carácter internacional que se precie.

Hace poco tiempo, China celebró el 60º aniversario de la llegada al poder de la revolución comunista de Mao a raíz de su triunfo en la guerra civil.  Desde ese momento hasta la actualidad, la situación ha cambiado y mucho en el gigante asiático.  No es la sociedad que soñó la revolución comunista con un trato igualitario para todo el mundo.

Tras la desaparición de Mao, Den Xiaoping puso en marcha en 1978 la política de reforma económica y apertura al exterior, con el famoso lema de «un país, dos sistemas». Economía del mercado y comunismo. Tampoco importó los sucesos de Tianamen para que la política china cambiara y tuviera una mayor apertura. El PCCh sigue aferrado al poder.  Una sociedad desigual, donde muchos tienen y otros no, pero con una disciplina férrea.

Hoy, China tiene el privilegio de no ser sólo una potencia regional, sino de hablar cara a cara con Estados Unidos, Latinoamérica y Rusia, siendo ya la segunda economía del mundo con un PIB nominal que representa casi el 20% del PIB mundial. Pueden también auparse, de haber contribuido a salvar a la gran superpotencia capitalista de la crisis financiera al acumular 800,000 millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense. Y no sólo esto, la gran China está desplegando sus alas cada vez con más fuerza sobre África y Latinoamérica, cuyos mercados, según los analistas de mercado, necesita para alimentar su crecimiento. 

Los chinos ya no son lo que eran, o por lo menos un gran parte de su clase media, que ya es una clase con un gran poder adquisitivo a todos los niveles. Pero como no todo es perfecto, los chinos gozan de una gran apertura económica, como ya he dicho, pero China carece, desgraciadamente, de casi todas las libertades políticas, cuyo gobierno no respeta en absoluto los derechos humanos. Han dejado enriquecerse a muchos a cambio de que no hagan preguntas comprometedoras.

Siendo esto una de las grandes consecuencias de la desigualdad social que existe en este portentoso país, y que puede convertirse en algo peligroso. Sólo hay que recordar todo lo vivido para la preparación antes y durante los Juegos Olímpicos del año pasado, las prohibiciones fomentadas por el gobierno a nivel de prensa y de atletas. Que independientemente de esto, fueron unos Juegos Olímpicos para recordar por siempre.

China, como cualquier otra potencia, tiene muchos retos que enfrentar en este milenio. Retos económicos, de sociedad, y sobre todo, tiene que democratizar su sistema político. Es aún una nación dirigida por un partido comunista. Es un gigante despertando cada día más, como ya lo dijo el gran Napoleón Bonaparte «China: un gigante dormido». 

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