Macho Macho es el apodo de German Dominici, un profesional de la comunicación con una trayectoria sólida que se inició a principios de los 90. Influenciado, guiado y dirigido por figuras de gran reconocimiento, como es el caso Rubén Camilo, Gavilán Gaby y Raphy Comprés, va en ruta a tres décadas con su popular espacio «El tapón de las 5», que se transmite en Santiago de los Caballeros por La Mega Estación, y desde hace dos años dirige una emisora latina con base en Pensilvania, Estados Unidos.
Dominici ha ido de transición en transición –como también sucede con la radio– adaptándose a los tiempos. Como el resto de la población mundial, sufrió los efectos de la pandemia del covid-19, y es en estos tiempos en que va tomando el ritmo tratando de reconectar con la base comercial que sustenta sus proyectos. En esta entrevista con La Crónica que se produjo en Jarabacoa, se aprecia en este profesional que estuvo nominado en el 2013 a los Premios Soberano como Locutor del año, un interés por seguir respetando los valores que cimentaron la carrera de quienes le antecedieron en los 80 y los 90.
Repasemos tu incursión en la radio.
Inicio en la radio aquí en La Vega, soy vegano. En el 1991 comencé con un programa de que hacía un amigo, y luego me vendió el derecho de propiedad. Comencé como inversionista. Pasado un tiempo, el director de la estación me dijo que podía ir diaria para enseñarme. Así comienzan mis pasos en la comunicación. Al cabo de dos años, me había examinado en la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y logré un turno regular.
A finales de 1995, me mudo a Santo Domingo, voy en busca de oportunidades, en ese entonces trabajo con Raffy Comprés, en KQ 94. De ahí pasé a Cadena Espacial con Rubén Camilo, luego a Rumba FM con Gavilán Gaby, y más adelante trabajo con Rafael Corporán de los Santos en Radio Popular. Es Corporán quien en 1998 me designa como director de sus estaciones de radio en Santiago, es cuando vuelvo al Cibao.
Ahí dirigí Radio Activa, H 102 en San Francisco de Macorís y en el 2001 volví a Santiago para trabajar en KB-94. Me desempeñé en un período como arrendatario de la estación y en ese ínterin, en el 1998, inicio mi programa «El tapón de las 5» en la emisora de Corporán. Todavía sigo vigente con ese espacio: es mi buque insignia.
¿Cuál crees que es el gran desafío para mantenerse en estos tiempos en que la radio, tras la irrupción de las plataformas digitales, en comparación con esos años cuando te iniciaste?
Lo que pasa es que la vida es dinámica, nada se queda estático. La radio ha tenido sus momentos, es un medio con más de un siglo desde que se inventó. La radio sobrevive, ha tenido la posibilidad de adaptarse a los nuevos tiempos. Muchos, cuando explotó la televisión, vaticinó la muerte de la radio, sin embargo, siguió adelante. Cuando se creó el internet sucedió lo mismo, y ahora con lo de las redes sociales, muchos anunciaron su muerte desde hace tiempo y la radio permanece.
Si te fijas, para muchas plataformas digitales se les hace más fácil tener el concepto de la radio y adaptarlo a su dinámica, que hacer algo solamente como plataforma. Siento que tiene la posibilidad de seguir adaptándose, de llevar un contenido interesante, sobre todo en la parte de la palabra. Quizás la radio que era musical, eso sí ha bajado bastante, porque ya hay otras formas, otros medios, para que la gente pueda acceder a la música. Pero la palabra es difícilmente insustituible. Si quieres escuchar a Máximo Jiménez o a Macho Macho tienes que sintonizar la emisora, que puede ser a través de una de esas plataformas o la radio convencional. Eso le da la posibilidad al medio a seguir adaptándose.
¿Es fácil? No. Pero nunca ha sido fácil. Recuerdo que cuando comencé hace más de 30 años, había un miedo y la gente me decía, «mira, pero tener que buscar un anuncio». Sin embargo, esos tiempos habían proyectos que eran exitosos en términos comerciales y otros no tanto. Hoy también, el pastel se ha diversificado, hay más actores, la gente está consumiendo más contenido por distintas vías y lo que tenemos que hacer, quienes estamos en los medios tradicionales, es tratar de llegarle a esa otra audiencia por los medios alternativos o los nuevos medios. Habrá radio para rato, quizás no con la misma brillantez, pero tampoco está en el sótano.
¿Qué tiempo ha sido el más difícil a lo largo de tu carrera?
Durante la pandemia. La pandemia nos afectó, porque todo el ritmo que llevábamos, de clientes, de trabajo, era una rueda que gira, que tú sabes qué posición te tocaba, pero con la pandemia nos fuimos al suelo. La radio, y la televisión también hay que recordar, fue muy golpeada. Eso dio pie a que las plataformas digitales, que venían teniendo cierto crecimiento, pero que quizás llegar al punto que están hoy le iba a tomar 10 o 15 años, ellos lo lograron en un año con la pandemia, por el confinamiento.
Nosotros a nivel profesional nos vimos muy golpeados, porque la publicidad se fue a cero. Lograr nuevamente el ritmo de que vengan esos comerciales, o que la industria publicitaria que todavía no se ha recuperado, pero para tomar más o menos el ritmo de antes, nos ha tomado bastante tiempo y todavía no lo hemos logrado del todo.
¿Locutores que influenciaron en tu carrera?
Los locutores que me formaron son los que más he admirado. O sea, hablar de un Rubén Camilo, que fue mi director; de Raphy Comprés, Gavilán Gaby, sobre todo en la parte de la animación y grabación de comerciales para actividades artísticas, fiestas y aunque no trabajé con ellos para mí siempre fue un referente un Freddy Beras Goico.
No en la locución sino en la comunicación en general, esa posibilidad de desdoblarse, de hacer un personaje de humor pero también hacer un comentario de profundidad, eso me marcó desde joven. Ha sido un norte siempre para mí, guardando la distancia, naturalmente, una motivación. Jochy Santos también es un referente, y así muchísimas otras voces, en el caso de mi pueblo natal, Roberto Rodríguez que es un gran locutor.
¿Cómo percibes el futuro de tu propuesta, que durante tantos años has logrado mantener?
Nosotros hemos ido desarrollando la parte empresarial. Actualmente, sigo con «El tapón de las 5», un proyecto que tiene 26 años, lo producimos, soy el conductor. También estoy dirigiendo Latina FM, una emisora con una programación en español con base en Pensilvania, Estados Unidos. Allá viajo cada dos meses, y desde aquí pues puedo seguir haciendo ese trabajo. Estoy entre esas dos aguas.
¿Qué te colocó en ese proyecto en Pensilvania?
La pandemia lo parió [risas].
La diversificación que provocó la pandemia…
Sí, así es. Parte de eso, y de tener gente que admiraba nuestro trabajo, surgió esa propuesta para que una estación que surgió en Arlington, Pensilvania, que se escucha en todo el estado, en HD y en otras tres plazas a través de la radio convencional, pues nos requirieron para manejar allí ese proyecto y para lanzar un programa matutino que se llama «El antidepre de la mañana». Estamos produciendo ese espacio de lunes a viernes, dirigiendo la estación y me mantengo en los dos mercados, yendo y viniendo.
¿Cómo fue el proceso de armar la programación de la emisora y estructurar el concepto del programa?
Recuerda que como tengo un ritmo de trabajo, y venía haciendo eso mismo desde hace mucho tiempo con la estación que tenía, no me resultó muy cuesta arriba, fue como adaptar a un nuevo mercado algo que ya conocía de antemano. No fue difícil. Sí hubo un proceso de estudio del mercado al cual nos íbamos a dirigir, vimos que la diáspora es una minoría, la más importante sobre todo en Arlington, que es la migración más importante que tiene es la dominicana, más de un 50 por ciento de la migración de otros países. Eso nos dio una ventaja. Eso nos permitió diseñar una programación para los dominicanos, pero que también pudiera tomar en cuenta la audiencia puertorriqueña, venezolanos que tienen una población importante allá.
¿Y valió la pena ese esfuerzo?
Ya tenemos dos años y el proyecto arrancó bastante bien. Ahora estamos creciendo, desarrollándolo. Hace poco cambiamos a una frecuencia con más potencia y en cuanto a la programación la cosa ha funcionado. El programa tiene mucho éxito, un escándalo en la mañana, en ese mercado que ha sentido cómo los dominicanos tienen también algo que les acerca a su cultura, a su patria.
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