Como si fuese necesario más muertes y guerras, el gobierno de Israel, decidido a tomar represalias y enfrentar a sus enemigos de siempre, tiene varios días que inició los ataques de misiles a Irán. Su otrora eterno enemigo. Más aún, a partir de aquel fatídico 7 de octubre en el que el presidente Benjamin Netanyahu afirmó que la cúpula militar de Irán estuvo detrás del grupo terrorista Hamás para cometer la masacre en los Kibutz.
De hecho, en estos días se llevó a cabo en Canadá la cumbre del G-7 y el impredecible presidente Donald Trump tuvo que retirarse antes de la cena de gala para, según dijo, monitorear la situación entre Irán e Israel. No sin antes, eso sí, firmar con los demás líderes allí presentes, un manifiesto de «el derecho a Israel a la autodefensa». Esa declaración firmada es como echar gasolina a la ya caldeada situación de guerra en la zona. La situación se recrudece y el mismísimo Trump sugirió a la población de Teherán de abandonar la ciudad. Todo esto a pesar de que el impredecible se llenó la boca diciendo que lograría un acuerdo de paz entre los países y sonó igual de superficial cuando dijo que acabaría con el conflicto Rusia – Ucrania.
Como bien se sabe, Irán no es un enemigo fácil. Irán tiene un imponente arsenal de armas hipersónicas que burlan la famosa Cúpula de Hierro, el escudo antimisil de Israel. Las instalaciones nucleares iraníes se encuentran en subterráneos de muy difícil localización, incluso para la inteligencia israelí.
Israel desea acabar con el régimen de los ayatolás y con la vida de líder supremo iraní Alí Jamenei, de la manera que sea, dicho por él en una reciente entrevista para ABC News. El enfoque también es para destruir sus instalaciones nucleares y al inicio de esta «nueva» contienda aniquiló a siete científicos que trabajaba y servían al régimen.
Nadie ni nada detiene al gobierno de Benjamin cuando quiere enfrentarse a un enemigo, pero ¿era necesario iniciar otra guerra dentro de la masacre que perpetra Israel sobre Gaza desde hace año y medio? ¿Qué hará la población iraní al respecto, se sublevará contra los ayatolás o cansados de su repetir convulsiones en su sociedad permanecerá inmóvil? ¿Habrá llegado la hora para el cambio y aniquilación del régimen teocrático iraní?
O quizás como escribió en un reciente artículo el analista español Jordi Torrent «el intercambio de fuego entre Israel e Irán podría ser el capítulo final de la reconfiguración geopolítica que se está produciendo en Oriente Medio». Dijo, además, «la región lleva más de una década sumida en el caos de la primavera de la árabe y el enfrentamiento fratricida varios países chiítas y sunitas, liderados por Irán y Arabia Saudi respectivamente.
Por su parte, Trump continúa tratando de negociar con ambas naciones enfrentadas, sobre todo con Irán con el tema nuclear y también anunció la evacuación de ciudadanos estadounidenses en Israel. Los misiles y todo tipo de armamentos caen desde hace días en distintas ciudades y zonas de Israel.
Sí, en el presente y en el horizonte continúa la muerte de inocentes.
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