El Viejo San Juan es quizás la imagen viva de la historia centenaria de un Puerto Rico que se debate entre la estadidad y una independencia que algunos sueñan pero que está lejos de llegar. En el puerto turístico se posiciones grandes cruceros que abordados por visitantes de todo el mundo quieren conocer la historia de las Murallas de San Felipe, del antiguo cementerio de Santa María Magdalena de Pasi, así como del famoso barrio La Perla, antiguo hogar de los obreros que construyeron los viejos muros que defienden la ciudad.
Desde La Vergüenza, un viejo bar localizado en un segundo piso frene a La Perla se pueden apreciar todas las viviendas destartaladas algunas que componen el centenario sector donde se confunden vándalos y residentes honorables frente a la mala fama de la zona que de alguna manera debe emular la famosa Comuna 13 de Medellín.

La Perla está frente a los acantilados del Océano Atlántico dando una impresión de descanso a cada residente pero que se confunde con el salitre que envuelve toda la orilla del Viejo San Juan a través de sus murallas que sirvieron en principios para proteger a la población de los piratas.
¿Dónde queda La Perla?
La Perla se ubica en el extremo norte del casco histórico del Viejo San Juan, específicamente en los sub barrios Mercado y San Cristóbal, fuera de las murallas coloniales sobre la costa atlántica. Se extiende aproximadamente unos 600 metros a lo largo de la costa rocosa que lo envuelve.
Originalmente, en ese terreno funcionaba un matadero establecido fuera de las murallas de la ciudad, dado que esclavos y trabajadores de piel no blanca no podían vivir dentro del centro urbano. Con el tiempo, obreros, campesinos y personas marginadas comenzaron a construir viviendas allí, dando origen a lo que luego sería La Perla. Este barrio, por décadas fue considerado una zona marginal, con muchas casas construidas sin permisos formales.

En las últimas décadas, la comunidad la impulsado una recuperación social y cultural, con murales, arte callejero, música, proyectos comunitarios y turismo local. Se han rehabilitado decenas de viviendas, la comunidad organizó iniciativas como, La Perla pinta su futuro, pintando casas con colores llamativos.Además, hay espacios comunitarios como un estudio de grabación y producción musical gratuita, donde jóvenes participan en actividades culturales.
La Perla ganó fama mundial al ser locación del video del éxito global Despacito y Luis Fonsi y Daddy Yankee.
Este impulso mediático atrajo a muchos visitantes y turistas curiosos por conocer ese barrio costero, sus casas coloridas y su ambiente auténtico. Actualmente combina su identidad de comunidad con un énfasis en la cultura, turismo y arte, bares, murales, música, tours guiados, lo que le da una nueva cara con respecto a su pasado.

Históricamente La Perla ha sido asociada con marginación, pobreza y problemas sociales, lo que le dio reputación de barrio peligroso. La población tradicionalmente vulnerable, ha luchado por cambiar la imagen, y aunque ha habido mejoras, la percepción de riesgos persiste en parte de la sociedad. Muchos proyectos comunitarios buscan brindar alternativas culturales, empleo y orgullo de barrio, para mejorar las condiciones de vida y proteger su identidad.
La Perla representa un ejemplo de resiliencia, un barrio que nació desde la marginación, que ha sufrido estigmas sociales, pero que hoy mezcla historia, comunidad, cultura y memoria, intentando renovar su identidad sin olvidar sus raíces. Para muchos residentes y visitantes La Perla es peligro y atracción, aunque en realidad es un tesoro histórico escondido y humilde, auténtico y lleno de vida en el Viejo San Juan.





Comentarios