Después de algunos contratiempos de producción que incluyeron la salida del director inicial, Edgar Wright, (quien había trabajado en el Proyecto por cerca de 10 años); y la reescritura del guion en múltiples ocasiones, finalmente ‘Ant-Man’ ha llegado a la cartelera y el resultado es mucho más favorable de lo esperado.
Por supuesto, se trata de una película ‘menor’ dentro del universo de superhéroes de la casa Marvel –si podemos llamar así a un film cuyo presupuesto fue de 130 millones de dólares– tanto en su tono, su textura visual remite al cine clase B de antaño, como en sus pretensiones.
Era justo ya recibir un aliento de aire fresco, puesto que ante la penosa y deplorable experiencia de films como ‘Jurassic World’, ‘Entourage’, ‘Terminator Genisys’ , e incluso la misma ‘Avengers: Age of Ultron’, muchos espectadores necesitaban un respiro. Algo fresco, divertido y con un toque de inteligencia.
Y eso es precisamente lo que ofrece ‘Ant-Man’. Después de haber salido de la cárcel como consecuencia de haber llevado una vida al estilo Robin Hood, Scott Lang (Paul Rudd) se encuentra asimismo con el deseo inmenso de enderezar su camino para poder pasar tiempo con su pequeña hija.
Sus antiguos compinches, sin embargo, que incluye a su mejor amigo Luis (Michael Peña), piensan diferente. Pero sobre todo, el doctor Hank Pym, (Michael Douglas), un bioquímico que ha creado un traje con el poder de empequeñecer a un hombre al tamaño de una hormiga, además de haber desarrollado la habilidad de comunicarse con éstas; tiene otros planes para Scott.
El relato es a ratos tonto y las incongruencias saltan a la vista –después de todo el personaje central es un superhéroe– el film es más extenso de lo prudente y la película en general se siente un tanto genérica y derivativa.
Esta es lo que los americanos llaman una ‘kid-friendly story’. Es decir, una historia con un guiño al público infantil, y como consecuencia, no se encontrará en ella nada ofensivo, muy violento o en extremo desproporcionado.
Ahora bien, la historia aunque lineal consigue mantener el interés del espectador; las actuaciones están correctas, en particular Rudd y un Michael Peña imprescindible que pone de relieve su vena cómica para mantener a flote el equilibrio y el sentido de fantasía del film.
Esta vez la idea central de la historia no es tanto salvar al mundo (de forma ruidosa y rimbombante), de un cataclismo inminente –naturalmente nadie se molestaría si en el proceso de alcanzar el objetivo ‘menor’ de redimirse ante los ojos de un hijo o una hija (en este caso dos), también se logra ese otro gran propósito.
La Marvel no había vuelto a hacer una película de acción que al mismo tiempo fueran tan refrescante y divertida como ‘Ant-Man’, desde que Robert Downey Jr. apareció por primera vez como Iron-Man, y se paseaba de un lado a otro dibujando en su rostro una acertada y balanceada mezcla de ironía y cinismo.
‘Ant- Man’, es una película ‘menor’ y esto no puede ocultarse, pero aquí al menos ninguna ciudad ni ningún puente queda hecho añicos, a lo sumo solo un pequeño edificio y eso de por si, en un film de acción ya es un gran logro.
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