El dirigente político Guido Gómez Mazara buscará la presidencia en la convención que organiza el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en un momento en que considera que esa organización «carece de liderazgo». Tras inscribir su candidatura este sábado, distribuyó un documento en el que fija su posición en torno a su decisión de ir por la máxima posición en el partido blanco, el cual reproducimos a continuación:
Mi decisión:
Nací en un hogar de tradición democrática. Y desde niño me sedujo la actividad política por el alto sentido de compromiso y las ideas que caracterizaron a toda una generación capaz de entregar sus vidas a cambio de allanar el camino de la libertad y la justicia social. Ese legado enaltecedor no puede sucumbir en medio de una alarmante transformación de los valores que hacen de la actividad partidaria, un espacio donde todo es posible, la vocación de servicio una quimera y la fuerza del dinero destruye el talento.
Llegué al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el año 1985 convencido de que la organización constituía un referente por excelencia, en defensa de los mejores intereses nacionales, y seducido por la figura excepcional de José Francisco Peña Gómez. Es innegable que el país cambio y sus paradigmas están invertidos.
Todos tenemos una cuota de responsabilidad en el deterioro experimentado en nuestra organización política. Por eso, se hace imprescindible un alto en el camino tendente a corregir manías, transformar hábitos y construir un modelo de gestión institucional que llene de orgullo al conjunto de fuerzas que interactúan en el partido y nuevos aires de entusiasmo conduzca al PRD hacia un nuevo sendero. De lo contrario, terminaremos borrados del afecto electoral, e impedidos de derrotar al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
En el PRD las cosas no andan bien. Desafortunadamente, no tenemos un liderazgo en capacidad de tener plena conciencia de la responsabilidad histórica que implica preservar este instrumento de lucha del pueblo dominicano, porque los personalismos han sustituido el debate de la ideas y por las pretensiones de secuestrar la institucionalidad para colocarla al servicio de una agenda privada donde el ejercicio opositor enérgico y responsable no caracteriza a sus dirigentes. Y peor aún, al dejar claramente establecido que manos extrañas se involucran en la operatividad partidaria con la intención de hacer un partido rentable para sus “gestores”, pero imposibilitado de alcanzar la victoria que nos conduzca al palacio nacional.
Estoy en total desacuerdo con el estilo de dirección, la naturaleza conservadora, su desdén por las prácticas democráticas y terrible afán por hacer del PRD un instrumento exclusivo de sus aspiraciones presidenciales que caracterizan la gestión de Miguel Vargas Maldonado. Por eso, la principal tarea de los que se sientan auténticamente perredeistas consiste en allanar todas las vías democráticas para mediante el voto de las bases derrotarlo en la próxima convención. Eso sí, construir una mayoría no nos puede conducir a reproducir sus hábitos, sino a superarlos para devolverle al partido los niveles de respetabilidad que nos hicieron ser la esperanza nacional.
He decidido entrar al ruedo de la competencia por la presidencia del PRD consciente de los riesgos y dificultades del proceso. Con reglas desproporcionadas, jueces desprovistos de la sensatez y equilibrio y decididos a doblar la voluntad de las bases: ¡Acepto El reto!
Estoy decidido a competir porque el pleito es adentro. Respeto a los que han decidido colocarse en las gradas con sobradas razones. No obstante, puedo asegurarles que cuando una idea conecta en el corazón de la gente no podrá valladar humano impedirle conseguir la victoria. A los injustamente expulsados y sancionados puedo asegurarles su retorno en grande al PRD. Dios, las bases del partido y la humilde contribución de los hombres y mujeres que nos acompañarán abrirán las puertas de un partido que se educó en la cohabitación y el disenso, y en la actualidad, mentalidades autoritarias pretenden mantener vedado todo espacio crítico y cuestionador.
Los que me conocen saben que voy a competir y no me devuelvo. Juro que no voy a descansar un segundo construyendo la mayoría que expresan las encuestas serias y el sentimiento de la gente, pero se pretende atropellar con tácticas y retorcimientos antidemocráticos. Llegó el momento de impedir que la principal organización partidaria del país, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se mantenga en manos que no asocian la política a la defensa de los mejores intereses nacionales. Mantenerse pasivo, no participar y tornarse indiferente crearía las bases para liquidar el último instrumento de poder que poseen los sectores populares.
Por la voluntad de las mayorías perredeistas, la fuerza de un cambio necesario y para auspiciar un partido moderno, opositor, defensor de los sectores populares, abierto a las mujeres, juventud, los intelectuales y garante de derrotar al PLD voy a trabajar desde hoy hasta el día de la convención para ser EL PROXIMO PRESIDENTE DEL PRD.
¡Muchas Gracias!
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