El presidente Danilo Medina llamó este domingo a los peledeístas a mantener la unidad, a que voten en calma y respeten el derecho de los aspirantes y de los votantes a elegir a quienes consideren sus mejores representantes en el Comité Central, ya que “pase lo que pase, nosotros seguiremos en el PLD”. Afirmó que el partido morado es una familia.
Se mostró de acuerdo con el incremento de la matrícula de los comités Político y Central del PLD en las elecciones internas de este domingo, porque según su criterio, “hay que darle a las bases la oportunidad de que puedan ascender”, porque “los partidos que le cierran la oportunidad de ascenso a sus militantes, están condenados al fracaso”.
Agregó que por eso el PLD, de manera gradual, en cada proceso incrementa la matrícula del Comité Central y del Comité Político.
Medina destacó que el PLD es “un partido muy grande”, que cuenta con un registro de 2.6 millones de personas, “suficientes para ganar cualquier proceso electoral”.
“Seguiremos en los barrios, en los comités intermedios y en los comités de base y seguiremos juntos en la dirección del partido. No hay por qué atropellar el derecho de ningún compañero; todos los compañeros tienen el mismo derecho a defender y a activar a que se vote por ellos, pero respetando el derecho de los demás”.
El jefe del Estado conversó con los periodistas luego de ejercer su derecho al voto en las elecciones internas que realiza el partido oficial para elegir a nuevos miembros de su Comité Central y del Comité Político. El presidente de la República, quien pertenece al Comité Intermedio 24 de Abril E, ubicado en el sector Renacimiento, próximo al Mirador Sur. Su mesa de votación estaba marcada con el número 0061.
“Por tanto, mi exhortación a todos es que asistan (a votar en las elecciones internas) como lo están ahciendo, masivamente, en calma, a votar por el candidato de su preferencia y que respeten el derecho de los demás”, expresó el presidente Medina.
El mandatario personalizó muchos de los saludos. Todos querían darle la mano, las mujeres lo abrazaban y besaban, en tanto que el gobernante caminaba a duras penas ante la indulgencia de los miembros de su seguridad.
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