En la redacción de un periódico no solo se escribe la primera versión de los sucesos históricos, también se cultivan vínculos personales, relaciones colectivas que perduran más allá de su existencia en el mercado. Sucede casi siempre, pero lo que sucedió con El Siglo se manifiesta como una experiencia singular, una luz que se resiste a caer en la oscuridad del olvido, entre aquellos que sobreviven y los que viven sumergidos en las profundidades de la nostalgia.
Ese espíritu alimentó la idea de «El Siglo, 24 años» después, un grupo de wasap creado hace poco por el periodista Alfonso Tejada, cariñosamente conocido entre nosotros como Fonchi, hombre de mil batallas, testigo de uno de los períodos más intensos y gratificantes del desaparecido rotativo de Herrera. Un puñado de nombres entre los contactos de Fonchi fue testigo de la creación de este chat virtual, que va creciendo en cantidad de integrantes de manera vertiginosa. Ayer contaba con 123 miembros.
«Este grupo es de quienes, en algún momento, fuimos parte de El Siglo. Te invitamos a invitar a quienes lo fueron y celebrar los 24 años de su cierre», escribió Fonchi el 5 de este mes. El impreso, que primero circuló de lunes a sábado y luego los siete días de la semana, con una edición especial de periodismo a profundidad, análisis y actualidad los domingos, fue donde inicié carrera, primero como colaborador de las páginas de espectáculos, con José Tejada Gómez como editor.
En El Siglo laboré como digitador, antes de la concepción del suplemento Cultura, que surgió en el período de Osvaldo Santana como director. Esto fu a finales de los 90, cuando me designaron subeditor de las páginas culturales, a cargo del escritor Diógenes Céspedes. Una escuela en la que pude aprender todo lo que no enseñan las universidades. La redacción de El Siglo fue una universidad para quien tuvo la oportunidad y el deseo de aprender, como era entonces mi caso.
Daniel Soriano, un veterano especialista en la materia de archivo, es la memoria viva del recuerdo. «Excelente iniciativa, hay mucho entusiasmo, tengo la sospecha que habrá una masiva participación», escribió como mensaje de bienvenida tras su entrada al grupo. Y desde entonces, Daniel ha ido publicando fotografías de antes, de esos años dorados de un período irrepetible, para todos nosotros, para el periodismo.
El grupo nace con el interés particular de Fonchi –interés que ya es colectivo– de motorizar un encuentro para celebrar el desaparecido periódico, y brindar por aquellos que partieron al descanso eterno. Los recuerdos que se comparten en el vibrante punto de encuentro virtual sirven de alimento inevitable a la nostalgia. Porque hay que recordarlo: ni los periódicos ni el periodismo es lo mismo. Pero ese es otro tema.
El Siglo, 24 años después todavía vive en el recuerdo de quienes tuvimos el privilegio de trabajar a las órdenes de profesionales consagrados, de empresarios que financiaron un modelo impensable –y añorado– en estos tiempos.
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