15/08/2025
Política

Leonel Fernández, el PLD y la recomposición del tablero político en ruta hacia 2028

Por estos días, el panorama político dominicano vive una reconf²iguración acelerada, con epicentro en las masivas juramentaciones encabezadas por Leonel Fernández, líder de la Fuerza del Pueblo (FP) y tres veces presidente de la República. Estos actos, más allá de ser simples ceremonias partidarias, están impactando directamente las estructuras de su antiguo partido, el de la estrella amarilla, provocando pánico en la Casa Nacional del PLD y tensiones abiertas en su dirigencia.

Ofensiva de Leonel: de actos simbólicos a golpes quirúrgicos
Desde principios de año, Fernández ha multiplicado sus apariciones públicas en territorios estratégicos, juramentando alcaldes, regidores, dirigentes medios y militantes de base provenientes mayoritariamente del PLD. El presidente del PQDC, diputado nacional Elías Wessin Chávez, definió esta acción con un verbo gráfico: «Leonel está succionando» al PLD. No se trata solo de atraer simpatizantes, sino de desarticular la musculatura territorial morada en provincias y municipios donde históricamente dominaron.

Los ejemplos recientes hablan por sí solos: José del Castillo Saviñón, exministro de Industria y Comercio durante el gobierno de Danilo Medina, renunció al PLD antes de enfrentar un proceso disciplinario interno; Carlos Amarante Baret, exintegrante de la “guardia pretoriana” de Medina, anunció que su colectivo Avancemos trabajará para que Leonel regrese al poder; y Carmen Rita Abreu, exaspirante a diputada morada, también se sumó públicamente a la causa leonelista.

La Fuerza del Pueblo celebró elecciones internas para renovar sus autoridades el pasado 3 de agosto.

Este movimiento se desarrolla en paralelo al Congreso Electoral Manolo Tavárez Justo que celebra la Fuerza del Pueblo, donde se eligen directivos y líderes regionales para robustecer su aparato político con miras al 2028. Es una estrategia que combina captación externa con fortalecimiento interno.

La herida abierta en el PLD 
En medio de este drenaje de cuadros, el PLD intentó una jugada interna para frenar la dispersión: promover una candidatura única que favoreciera a Francisco Javier García, veterano dirigente y estratega electoral con fama de “zorro” de la vieja política. La idea era cerrarle el paso a una primaria abierta que expusiera divisiones y consolidar un liderazgo negociador de cara a alianzas.

Sin embargo, esta maniobra fue impugnada por un miembro poco conocido del Comité Central, presuntamente vinculado al equipo político de Abel Martínez. El Tribunal Superior Electoral (TSE) dio la razón al impugnante y paralizó la acción, desnudando las fisuras internas y mostrando que ni siquiera en el plano procedimental el PLD logra consenso pleno.

La consecuencia política fue clara: en vez de proyectar unidad, el partido dejó en evidencia que las ambiciones individuales pesan más que la disciplina orgánica.

El PLD, entre la nostalgia y la supervivencia
El PLD no solo enfrenta la sangría de cuadros, sino también la reactivación de actores que marcaron la política reciente:

Gonzalo Castillo, ex candidato presidencial y figura cercana a Danilo Medina, ha reaparecido “contentico” y activo tras haber sido acusado de corrupción y privado de libertad. Su presencia alimenta la percepción de que podría buscar reposicionarse, aunque su imagen pública sigue atada a las investigaciones judiciales.

Charles Mariotti, exsenador y actual secretario general del PLD, lanzó públicamente sus aspiraciones presidenciales. Político mediático y con vínculos fluidos con el mundo del entretenimiento, Mariotti podría intentar construir una candidatura con estilo popular, aunque enfrenta la barrera de no ser visto como un líder nacional de peso electoral suficiente.

Francisco Javier García mantiene su perfil como operador político de alto nivel, capaz de negociar, tender puentes y articular campañas. Sin embargo, su ventaja en las estructuras internas se vio debilitada por el revés en el TSE.

En este contexto, la frase del merengue de Sandy Reyes —“Tengo un pie aquí y el otro allá”— se ha usado para describir la posición ambigua de Gonzalo Castillo, quien, aunque formalmente en el PLD, mantiene cercanía con sectores que simpatizan con Leonel Fernández.

Las tensiones entre alianzas posibles e imposibles
En medio de este ajedrez, surge una propuesta comentada en círculos políticos: un binomio Leonel–Gonzalo para 2028. José Francisco Peña Guaba, presidente del Frente de Partidos Políticos y diputado al Parlamento Centroamericano, lo planteó como una fórmula ganadora. Sin embargo, la posibilidad de esa alianza parece, como dijo Gustavo Sánchez, “más lejos que un viaje a Saturno” si Fernández continúa “mellando” las estructuras moradas.

Convergencia Ciudadana, coalición que agrupa movimientos sociales y políticos, coordinado por Manolo Pichardo, junto a Elena Mejía y otros dirigentes.

El problema es doble, primero porque el PLD ve a Leonel como el responsable de la división original que le restó el poder en 2020 y segundo, la Fuerza del Pueblo no parece dispuesta a frenar su ofensiva territorial a cambio de un pacto incierto.

De momento, los discursos públicos cierran esa puerta, aunque la política dominicana ha demostrado que, en escenarios de segunda vuelta, los acuerdos impensables pueden materializarse.

El factor Danilo Medina y el «15% decisivo»
Rafael –Fiquito– Vásquez, del Bloque Peñagomista, recordó recientemente que Danilo Medina y el PLD conservan un voto duro estimado en un 15%, suficiente para inclinar la balanza electoral. Esto convierte a Medina en un actor clave, aunque su capital político se erosiona con cada dirigente que abandona el partido.

El dilema para el danilismo es claro: mantener la candidatura de un peledeísta puro, arriesgando quedar en tercer lugar, o negociar con un polo opositor (FP o PRM) para garantizar incidencia en un próximo gobierno.

En cualquiera de los casos, el tiempo juega en contra. Si la fuga de estructuras continúa hasta 2026, ese 15% podría reducirse drásticamente.

Una característica distintiva de este proceso es la forma en que las aspiraciones y los conflictos se ventilan en medios y programas de alto consumo, como Matutino Su Mundo, donde Gustavo Sánchez atacó frontalmente a Leonel con la frase “Leonel divide… Omar suma”. Este tipo de declaraciones alimenta la percepción pública de un PLD fracturado, mientras la FP proyecta dinamismo y expansión.

Charles Mariotti, con su estilo cercano al entretenimiento, y Gonzalo Castillo, con sus apariciones públicas tras el proceso judicial, contribuyen a que el debate político se mueva en un terreno híbrido: parte confrontación ideológica, parte espectáculo mediático.

José del Castillo renunció al PLD. [Foto: Archivo Presidencia]

Escenarios hacia 2028
A partir de las tendencias actuales, se pueden trazar tres escenarios principales:

Escenario 1: Consolidación de la Fuerza del Pueblo como segundo polo electoral
Si Leonel Fernández mantiene el ritmo de juramentaciones y logra consolidar liderazgos municipales y provinciales, el PLD podría quedar relegado a un tercer lugar en la primera vuelta. La FP llegaría fortalecida a una segunda vuelta frente al PRM.

Escenario 2: Recuperación del PLD con liderazgo renovado
Si el PLD logra cerrar filas en torno a un candidato competitivo (Omar Fernández, Mariotti o un tercero), detiene la fuga de dirigentes y rearticula su maquinaria territorial, podría recuperar terreno y posicionarse como alternativa unificada. Este escenario requiere disciplina interna y una narrativa convincente para reconectar con el electorado.

Escenario 3: Fragmentación opositora y ventaja para el PRM
Si FP y PLD se mantienen en guerra abierta, el PRM podría beneficiarse de la división opositora, asegurando un primer lugar sólido y mayores posibilidades de reelección o sucesión oficialista.

En suma: un tablero en recomposición constante
Las juramentaciones encabezadas por Leonel Fernández no son eventos aislados: son la expresión visible de una estrategia de reconstrucción de poder, basada en absorber cuadros formados en el PLD y en anticipar la batalla de 2028. La reacción del PLD, con maniobras como la candidatura única para Francisco Javier García y el lanzamiento de aspiraciones de figuras como Mariotti, muestra que el partido está lejos de tener una hoja de ruta unificada.

En este contexto, los movimientos de Gonzalo Castillo, las decisiones de Danilo Medina y las posibles alianzas cruzadas serán determinantes. El pánico que se percibe en la Casa Nacional morada podría ser solo la antesala de una disputa mayor: la de definir quién será el verdadero polo opositor frente al PRM en las elecciones de 2028.

En la política nada está escrito hasta que se cuentan los votos. Pero, por ahora, la balanza de la iniciativa y la narrativa pública parece inclinarse hacia Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo.

Postdata. Hoy se inició una campaña en una red social vinculada al PLD para que la exvicepresidenta Margarita Cedeño se decida. Como el dominicano es amante de la política y goza del Derby beisbolero otoño-invierno es importante recordar la expresión: «No se vayan que esto se pone bueno (buenísimo)».

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