Antiguamente en sus momentos de esplendor, desarrollo y paz, Haití fue llamada «La Perla del Caribe», de ese calificativo para acá ha llovido mucho y ahora el vecino país es un hervidero de violencia, muertes y caos, situación generalizada que afecta no sólo a ellos sino a muchas naciones cercana a esa media isla.
Es la primera nación de américa latina en independizarse de un gran imperio como el francés, hablamos del pequeño y esclavizado Haití que luchó contra las tropas de Napoleón Bonaparte y las venció.
Sin embargo, la gran deuda impuesta para mantener esa independencia del primer país negro del mundo, llevó a los vecinos haitianos a desarrollar una generalizada pobreza que aún se mantiene en grande.
Haití no es sólo violencia y caos, también es historia, cultura y playas que bien pudieran lograr algún desarrollo, pero en medio de la situación actual eso es muy difícil.
Hay que recordar que los vecinos haitianos nunca han disfrutado de un periodo de democracia plena, la vida en esa nación ha ido de dictadura en dictadura dando muy poca oportunidad que se desarrolló un sentido nacional para que los bienes de ese país puedan ser disfrutados a lo interno y vendidos a los extranjeros como productos de turismo.
Son muchos los lugares a los que se puede ir en Haití desde la monumental ciudad imperial de La Citadelle que habla del pasado monárquico del país como de las bellas playas cargadas de arena y sol que rodean a todo el territorio.

La sensación que da cuando leemos informaciones sobre lo que pasa en la patria de Toussaint Loverture es que todo el territorio está ardiendo en llamada, pero no es así es sólo la capital Puerto Príncipe y uno que otra ciudad pequeña tomada por las pandillas y la violencia.
La historia de Haití es hermosa y complicada si analizados que su origen fue un accidente de la política del momento. Aunque aquí queremos resaltar los beneficios que podrían sacar los haitianos de su cultura, historia y todos sus servicios turísticos, no podemos olvidar que el sólo origen del país fue accidentado y complicado.
Con la llegada de bucaneros y filibusteros a las cosas de la entonces isla Española, un mediocre de apellido Osorio despobló la parte oriental del territorio dando pie a que con el tiempo Francia reclamara esa parte y luego toda la posesión de los iberos.
Confirmado el reclamo francés, ese imperio convirtió conquista en una colonia de esclavos africados que de diferentes zonas de ese continente eran llevados a ese lugar para trabajar en ingenios cañeros.
El odio acumulado de los esclavos que de por sí no se entendían porque provenían de diferentes regiones de África, hacia el francés originó una guerra de independencia que llevo a la muerte y quema de todo lo que oliera al imperio napoleónico.

Se formaron entonces tres grupos de ocupantes en Haití, blancos, negros y mulatos, aliados circunstanciales y enemigos a muerte, situación que todavía se mantiene en este siglo 21.
Historia, cultura y playas
Cabo Haitiano fue la primera capital haitiana por tanto contiene gran parte del legado histórico y cultural del vecino país. Luego tenemos a Puerto Príncipe capital actual que, aunque destruido por un portentoso terremoto hace varios años todavía representa la cultura nacional haitiana.
Haití cuenta con una rica historia y cultura que se refleja en sus monumentos, muchos de los cuales son testimonios de su lucha por la independencia y su identidad como la primera república negra libre del mundo.
Estos monumentos que bien podrían dejar grandes beneficios al fisco haitiano cuando la paz y la tranquilidad vuelvan por allí son:
La Citadelle Laferriere: ubicada cerca de Cabo Haitiano en el norte del país, esta imponente fortaleza es uno de los monumentos más emblemáticos de Haití. Construida a principios del siglo XIX por el Rey Henry Cristophe tras la independencia de 1804, fue diseñada para proteger al país de posibles invasiones francesas. Situada a 900 negros sobre el nivel del mar, ofrece vistas espectaculares y es patrimonio de la humanidad por la UNESCO donde 1982.

Palacio de Sans Souci: también construido por Henry Cristophe entre 1810 y 1813, este palacio en Milot fue la residencia real y centro administrativo de su reino.
Aunque quedó en ruinas tras el terremoto en 1842, sus restos son un ejemplo impresionante de la arquitectura neoclásica haitiana y forman parte del Parque Histórico Nacional, otro sitio de la UNESCO.
Héroes de Vertieres, este monumento conmemorativo, ubicado cerca de Cabo Haitiano, honra la Batalla de Vertieres de 1803, un enfrentamiento decisivo en la revolución haitiana que llevó a la independencia. Representa a los héroes que lucharon contra las fuerzas francesas, como Jean Jaques Dessalines y François Capois, y es un símbolo de resistencia y libertad.
Estatua de Toussaint Loverture, en Gonaïves, esta estatua rinde homenaje a uno de los líderes clave de la independencia haitiana. Representando una pose militar, simboliza su papel como precursor de la independencia, liderando una rebelión de esclavos entre 1791 y 1802 antes de ser capturado por los franceses.
Del Negro Cimarrón, situada en Puerto Príncipe, esta icónica escultura representa a un esclavo fugitivo tocando un caracol, un llamado a la libertad. Creada por el escultor haitiano Albert Mangones, es un poderoso símbolo de la lucha contra la esclavitud y la emancipación del pueblo haitiano.
Fort Jacques y Fort Alexander, estos fuertes, ubicados en las montañas Kenscolff cerca de Puerto Príncipe, fueron construidos a principios del siglo XIX bajo la dirección de Alexandre Petión y Jean Jaques Dessalines.
Fueron diseñados para defender la independencia recién ganada, ofrecen vistas panorámicas y son testimonios del ingenio militar haitiano. Estos monumentos no sólo destacan por su valor histórico, sino también por su significado cultural y su belleza arquitectónica.

Si les interesa explorar más, muchos de ellos están abiertos a visitantes y ofrecen una ventana al pasado revolucionario y resiliente de Haití.
La cultura haitiana
Es una vibrante mezcla de influencias africanas, francesas, taínas y, en menor medida, españolas, resultado de su historia como colonia y como la primera nación en abolir la esclavitud tras una revolución liderada por esclavos. Es una cultura profundamente rica, marcada por la resiliencia, la espiritualidad y la creatividad.
Estos son algunos de los aspectos claves de esa cultura: religión, espiritualidad y vudú. El vudú haitiano es una de las expresiones culturales más distintivas de Haití. Originado en las tradiciones espirituales de los esclavos africanos traídos de regiones como Dahomey (hoy Benín) y el Congo, se fusionó con elementos del catolicismo debido a la colonización francesa.
En el Vudú, se veneran a los Iwa (espíritus) quienes actúan como intermediarios entre los humanos y Bondye (el dios supremo). Estas ceremonias incluyen música, danza y posesiones espirituales.
Esto, aunque a menudo malentendido o estigmatizado, el Vudú es una parte esencial de la identidad haitiana y ha influido en el arte, la música y las tradiciones.
Música y Danza; La música haitiana refleja su herencia diversa. El kompa (o compas) es el género más popular, creado en los años 50 por Jean Bastiste, con ritmos suaves y bailables que combinan influencias africanas y caribeñas.
El Rara es otra forma musical tradicional, asociada con las celebraciones de Semana Santa. Ser toca con tambores, trompetas de bambú y cantos, a menudo en procesiones callejeras.
Las danzas, como yenvalou o el petwo, provienen del Vudú y están cargadas de simbolismo espiritual.
El arte haitiano es famoso por su vibrante colorido. Los pintores haitianos, como los de la escuela de Saint Soleil, crean obras llenas de escenas de la vida cotidiana, mitología y paisajes exuberantes.

Playas, río y esparcimiento
Haití tiene una costa extensa bordeada por el Mar Caribe y el Océano Atlántico, con playas que van desde arenas blancas prístinas hasta calas rocosas. Aunque el turismo no está tan desarrollado como en dominicana, sus playas son joyas naturales.
Están las playas de Jacmel, conocida por su ambiente artístico y cultural, con playas tranquilas, la arena es oscura en algunas zonas, con sus aguas cálidas ideales para nadar. La playa de Raymond Bains, cerca de Jacmel es particularmente hermosa y relajante.
Otras playas son las de Ile Vache, en Les Cayes, playa Gelle, Wahooo Beach, Río Artibonito, Riviere De Grands, Riviere Froide, Riviere Grisse, Riviere Masacre. Existen decenas de cascadas como Saut Eua o Salto Grande, Saut Mathurine.
Playa de Labadee, la más famosa y forma parte de un complejo turístico extranjero donde atracan Cruceros y todo tipo de embarcaciones.
Es decir, si entre Haití y República Dominicana existiera una relación natural de hermandad dejando de lado los intereses políticos y las rencillas del pasado, el turismo de la vecino nación constituyera una fuente natural de intercambio, cultural, histórico y turístico a todos los niveles.
Evidentemente esto no va a pasar hasta mucho tiempo debido a la situación inestable de Haití, y a los prejuicios criollos.
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