20/04/2025
Política

Situaciones internas afectan principales partidos políticos en ruta hacia el 2028

Situaciones de aspiraciones y ambiciones internas podrían llevar a los tres principales partidos políticos a casos de divisiones o salidas de importantes dirigentes lo que pondría en aprietos estas organizaciones con miras a las elecciones municipales, congresuales y presidenciales, que, aunque se ven fechas lejanas, las mismas están tan sólo al doblar de la esquina.

Dentro del Partido Revolucionario Moderno por ser organización en el poder no se prevén muchas salidas, pero sí la posible renuncia de uno que otro aspirante presidencial que alquilaría alguna organización con propósito de llevar sus motivos de manera independiente del PRM.

Al partido en el poder le acechan muchas discusiones y arrebatos si tomamos en cuenta que desde ya algunos dirigentes que son funcionarios están armando sus equipos para las presidenciales, aunque las municipales son un objetivo más cercano en las que medirían fuerzas.

Para esto se necesitan recursos y los del Estado, aunque no abundan tampoco sobran por lo que el presidente de la República, Luis Abinader tendrá que tomar medidas al respecto.

Esto quiere decir que si desde Palacio se permite que los funcionarios hagan campaña con la evidente ayuda de los fondos institucionales los votantes se podrían volcar en contra del PRM ya que estaría permitiendo algo que tanto criticó en la oposición, y que haría daño a la economía nacional.

Viendo así las cosas el liderazgo del PRM debe actuar con rapidez porque el ego y las aspiraciones presidenciales se están notando demasiado poniendo en riesgo la gobernabilidad y el desarrollo económico.

Agregar a esto que las municipales son una sangría que, aunque no lleven a la presidencia del país detonan un gasto fenomenal que nunca sale del bolsillo del aspirante sino de muchas instituciones estatales.

En fin, el Revolucionario Moderno tendrá que hilar fino si no quiere causar pánico entre la población además de estar creando ambiciones que al final le originarán futuras salidas de dirigentes que creyéndose líderes nacionales querrán aspirar a la presidencia, pero también promover a sus acólitos para las municipales y congresuales lo que creará problemas internos.

Dentro de la Fuerza del Pueblo, segundo partido a bordo de la boleta electoral también se cuecen sus habas ya que la sola aspiración de Antonio Florián a la secretaría general ya origina discrepancias.

Peñita como popularmente se conoce al actual secretario general de la FP ya origina crisis hasta tal punto que Leonel Fernández, aspirante presidencial de esa organización y líder de la misma ha tenido que intervenir en una crisis originada por un evento interno.

Nadie querrá enfrentar a Leonel para la candidatura presidencial al 2028, pero para los puestos internos existe una situación difícil.

Leonel Fernández, presidente de la Fuerza del Pueblo, candidato natural del partido en 2028.

Leonel como persona y político honorable plantea la reelección de Peñita al puesto, como debe ser, pero otros dirigentes de la Fuerza quieren despellejar al actual secretario y originario del Partido de los Trabajadores Dominicanos, organización que le dio salida legal a la FP.

Aunque estoy seguro que Leonel Fernández con su liderazgo sabrá resolver esa mini crisis, lo cierto es que las ambiciones de los seguidores del ex presidente y fundadores de la Fuerza, quedarán dolidos antes sus frustradas aspiraciones e intenciones de querer borrar ahora a los ex dirigentes del PTD quizás pensando que ya no les representan nada.

Son situaciones que se visualizan a lo externo que no indican gran cosa para el votante, pero para lo interno puede crear un ambiente de desequilibrio que pueden terminan en una división peligrosa para las aspiraciones presidenciales de Leonel Fernández.

El Partido de la Liberación Dominicana, tercero en colocación de próxima boleta electoral es la entidad partidaria con situación más delicada porque su líder natural está inhabilitado de ser candidato presidencial y por otro lado las aspiraciones de Francisco Javier García y Abel Martínez.

Las diferencias entre ambos dirigentes morados están llevando al PLD a una posible división de tal manera que hasta se acusan de traición uno contra otro.

Incluso una comisión de alto nivel del PLD tuvo que ir a Santiago de los Caballeros, donde reside Abel Martínez en busca de indagar si era cierto o no que tiene planes de renunciar de esa organización política si no lograra la candidatura presidencial.

Es decir, en el PLD los pelos están de punta toda vez que no hay confianza entre los dos precandidatos presidenciales conocidos hasta ahora.

Abel nunca aceptará una candidatura peledeísta de Francisco Javier, al menos eso se difiere de sus dichos, y en el caso de Javier iría a una aspiración con todo el equipo de Abel en contra lo que anuncia una división prematura dentro de esa entidad.

Carolina Mejía comparte con Víctor D’Aza, presidente de la Liga Municipal Dominicana.

Así las cosas, el PRM es el partido político que mayor posibilidad tiene de ganar las elecciones tanto municipales como presidenciales ya que está en el poder y maneja los recursos.

Evidentemente tiene que manejarse y frenar las aspiraciones a destiempo que pueden originar algún tipo de división, solo el presidente Abinader como jefe del Estado y líder del PRM puede frenar cualquier atisbo de ruptura interna.

Escenario en el PRM
La competencia interna en el PRM por la candidatura presidencial para las elecciones de 2028 podría desencadenar una serie de consecuencias políticas que pondrían a prueba la estabilidad y la cohesión de la organización. Si los aspirantes a la candidatura no logran ponerse de acuerdo, las tensiones internas generarían un escenario de fractura en el partido, lo que afectaría su capacidad para mantener una unidad electoral sólida en las elecciones presidenciales.

Una de las consecuencias más inmediatas sería la polarización dentro del PRM, lo que podría resultar en la creación de facciones o grupos dentro del mismo partido, cada uno apoyando a su candidato preferido. Esto podría generar divisiones que dificulten la organización de una campaña cohesiva, ya que los recursos y esfuerzos podrían ser dispersos entre los diferentes grupos en lugar de concentrarse en la victoria electoral. Además, los conflictos internos podrían disminuir la confianza de los votantes en el partido, al percibirlo como incapaz de manejar sus diferencias y con poco sentido de unidad.

El impacto en la imagen del PRM podría ser igualmente grave, pues la falta de consenso sobre el candidato presidencial pondría en duda su capacidad para gobernar de manera efectiva en caso de lograr la reelección. Este debilitamiento de la imagen podría ser aprovechado por partidos opositores, sobre todo por la Fuerza del Pueblo, quienes intensificarían sus ataques sobre la división interna y la falta de liderazgo dentro del PRM.

Por otro lado, si la competencia por la candidatura se extiende demasiado tiempo o si se resuelve de manera poco clara o justa, podría generar desconfianza entre los militantes y seguidores del partido. La desilusión de la base electoral podría desencadenar una baja en la movilización de votantes, lo que sería un golpe directo a las posibilidades de ganar las elecciones del 2028. En definitiva, la falta de acuerdo sobre la candidatura presidencial podría marcar el inicio de un proceso de desestabilización dentro del PRM, con efectos negativos tanto en su estructura interna como en su rendimiento electoral.

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