Inician ya cuatro años de incertidumbre y cambios en la política norteamericana a partir de la toma de posesión del presidente Donald Trump, en su segundo mandato. Increíble pero cierto. Millones de ciudadanos, extranjeros incluidos votaron a este hombre apoyando todos sus bulos y exabruptos. No repararon en nada, ni en sus garrafales errores de su primera gestión. Votaron ciegamente y creyendo a rajatabla, todo lo que expulsa por su boca. Incertidumbre porque con Trump nunca se sabe cómo reaccionara ni sus movimientos, aunque tiene unos meses amenazando como siempre.
Un ex convicto que lo tenía todo para perder y recibió un mayor apoyo de lo esperado basado en su mayoría en bulos y mentiras. Una campaña fea, insultante e inmadura contra la exvicepresidenta Kamala Harris. Contó para ello también con el apoyo decidido de los grandes de la tecnología, que residen todos en Estados Unidos y aunque cueste creerlo, estuvieron presentes en el acto de la toma de posesión. Una campaña, por demás, accidentada con dos atentados contra Trump.
Apenas inició su primer día como presidente, sentado en el salón Oval y emitió 41 órdenes ejecutivas, como, por ejemplo: emergencia en la frontera, el indulto general de los asaltantes al Capitolio, la retirada del Acuerdo de París y de la OMS y otras medidas que fueron aprobadas, barriendo de esa manera los años de su antecesor. Un paso hacia atrás por parte de Estados Unidos que ya lo hizo en su primer mandato con relación al clima, distanciándose de los 200 países que se han comprometido a mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius. Lo que sí hizo fue declarar la emergencia energética nacional para poder expandir las perforaciones de hidrocarburos.
En ese sentido, también firmó la orden que elimina el derecho a la ciudadanía de los hijos de inmigrantes indocumentados, algo protegido por la 14 enmienda de la Constitución. Su derogación debe requeriría la aprobación de dos tercios de ambas cámaras legislativo y la ratificación de tres cuartas partes de los Estados, imposible con la configuración actual. También ordenó el cierre de la página web de la Casa Blanca en español tras su investidura. Otra de las órdenes ejecutivas retrasa 75 días la aplicación de la prohibición federal de la dañina red social Tik Tok, aprobada por abril por mayorías en el congreso.
Hay muchos ciudadanos que miran con gran escepticismo este nuevo gobierno de Trump, pero otros, millones de conciudadanos dentro y fuera de los Estados Unidos, como bien escribió el director de La Vanguardia, «muchos creen que el triunfo de Trump será positivo porque se ha llegado muy lejos en el lenguaje queer/woke, las campañas para frenar el cambio climático o las políticas de género, y ahora se volverá a retomar el sentido común». No puedo estar más de acuerdo.
Es importante señalar, antes de que salte el detalle, que dentro de todo esto, pudo recientemente declararse un «alto al fuego» en Gaza, gracias a los equipos de gobiernos de Biden y Trump, con el gobierno de Israel. Fueron liberadas solo 3 rehenes.
Y, así las cosas, el menú de amenazas y venganza de Trump contra muchos está servido. Ahora toca observar los desvaríos del convicto convertido nuevamente en presidente.
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