Un total de 213 vidas se llevó la Dana (gota fría) más fuerte en toda la historia de España, que atacó duramente la zona de la Comunidad Valenciana nos debe poner a todos en alerta roja. Cuando usted lea este artículo aún los equipos de ayuda, emergencias y centenares de voluntarios trabajan a destajo para que las ciudades y sus calles y parqueos afectados puedan recuperarse de esta pesadilla.
Se conocía desde horas antes la existencia de la Dana, pero las autoridades del gobierno valenciano hicieron caso omiso, solo se «percataron» cuando tenían el torrencial abierto sobre ellos. Reaccionaron tardísimo. El agua, barro, inundaciones, corrientes de agua sepultaron personas y carros. Un escenario verdaderamente infernal. Noticia en todo el mundo.
Los vecinos y habitantes de las zonas más afectadas por este fenómeno, desesperados y hartos de pedir ayuda reaccionaron de manera airada cuando las autoridades del gobierno local, junto al jefe del gobierno Pedro Sánchez y los Reyes de España tuvieron la «brillante idea» de ir a visitar las zonas afectadas.
Abucheos, insultos, reclamos, piedras lanzadas y gritos de dimisión por la tardanza de ayuda y auxilio fue la comitiva de recibimiento por parte de los ciudadanos, en un mal manejo de visita de Estado. Primera vez en la historia democrática de España que unos reyes pasan por semejante momento. La lentitud, falta de coordinación del gobierno autonómico y central para paliar los efectos de la catástrofe tenía y aún tiene los ánimos de los residentes de la zona muy crispados. Es entendible.
Sí, esto sucedió en España, un país de «primer mundo» como se suele decir sobre todo en el pésimo manejo de la situación. A más de una semana de esta catástrofe, las personas se han organizado mejor para sacar barro, repartir alimentos, sacar los carros del barro con ayuda de las grúas, tratar de restaurar los servicios públicos y miles de voluntarios están allí en la zona cooperando de la mejor manera posible frente a familias que lo han perdido todo, y aquellos que murieron producto de una Dana desatada en su frenesí.
Mientras los políticos de un lado y otro se tiran la campaña de la responsabilidad de semejante descoordinación, con la mediocre ayuda de otros políticos que hacen de esta tragedia un caldo de cultivo para sus discursos poco útiles. Incluido el responsable del gobierno de la comunidad valenciana, Carlos Mazón, del partido popular, que, con deseos de escurrir su enorme responsabilidad en esta negligencia fatal, culpa al gobierno de Sánchez, de no lanzar la alerta Dana al momento y de no haber desplegado el ejército a tiempo.
Tiene él razón en cierto sentido, pero son justamente esos factores que se le achacan a él mismo: mala gestión que ha hecho su gobierno local en la prevención de la catástrofe climática y posteriormente la lentitud para la reconstrucción de la zona afectadas, como he dicho anteriormente. Ningún político en España entiende que es momento ahora de aparcar esas rencillas y accionar. Sí, España está políticamente muy fragmentada y las repercusiones de esta tragedia ahonda más esa herida. Según, el presidente de la Comunidad Valenciana se necesita para la recuperación $31, 402 millones de euros para la reconstrucción de todas las zonas afectadas.
Tal como menciono en este artículo el término Dana, conocido por sus siglas es la Depresión Aislada en Niveles Altos, es un fenómeno en el que la masa de aire polar muy frío queda aislada y empieza a circular a altitudes muy elevadas, lejos de la influencia de circulación de la atmosfera. Luego, al chocar con el aire más cálido y húmedo que suele haber en el mar mediterráneo, genera fuertes tormentas, sobre todo al final del verano boreal y principios de otoño, cuando las temperaturas marítimas son más elevadas. Con el cambio climático todo es aun peor y por eso es vital la advertencia a tiempo de estos fenómenos.
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