03/12/2024
Crónicas de Poder

RD: listos para ella

La posibilidad de que una mujer asuma la presidencia en República Dominicana ya no es una simple especulación; es una realidad cada vez más cercana y tangible. En los últimos años, las mujeres dominicanas han demostrado su capacidad para asumir roles de liderazgo en la esfera pública con resultados que han dejado una marca profunda en el país.

Estos logros son un precedente poderoso que no solo inspira y valida el potencial del liderazgo femenino, sino que además está ayudando a transformar la percepción pública sobre el papel de las mujeres en el poder. Cada vez estamos más cerca de ese momento histórico en que una mujer llegue a la presidencia, y su género no sea motivo de cuestionamiento.

Uno de los ejemplos más significativos de liderazgo femenino en la política dominicana es el papel que ha jugado Margarita Cedeño, quien durante sus dos períodos como vicepresidenta de la República se destacó por una gestión comprometida y transformadora en el ámbito de las políticas sociales. A través del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales, Cedeño impulsó iniciativas de gran impacto como el programa Progresando con Solidaridad, que no solo ofreció asistencia a miles de familias en situación de vulnerabilidad, sino que también promovió la capacitación y el empoderamiento económico, especialmente de mujeres en comunidades rurales y de escasos recursos.

Su capacidad de gestión, su visión a largo plazo y su sensibilidad para abordar las problemáticas sociales más urgentes dejaron una huella en la política dominicana y demostraron que una mujer en una posición de poder no solo puede responder a las necesidades de la gente, sino también impulsar cambios profundos que transformen la vida de los ciudadanos.

Raquel Peña, vicepresidenta de la República.

Otra figura clave en el liderazgo femenino reciente es Raquel Peña, actual vicepresidenta, quien ha jugado un papel determinante en la gestión de la pandemia de COVID-19. Como coordinadora del Gabinete de Salud, Peña lideró la implementación de la estrategia nacional de vacunación, que logró posicionar a República Dominicana como uno de los países con mejores resultados de inmunización en la región.

Su liderazgo en tiempos de crisis sanitaria no solo demostró su capacidad para tomar decisiones rápidas y efectivas en momentos críticos, sino que también reforzó la idea de que las mujeres pueden ser líderes firmes, estratégicas y resilientes en circunstancias adversas. La ciudadanía fue testigo de su dedicación y compromiso, y esto le ha ganado el respeto de diversos sectores, que ahora ven con otros ojos la idea de una mujer en el poder.

Además, en el ámbito local, mujeres como Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional, han aportado a la percepción pública de que las mujeres son igualmente competentes para dirigir en todos los niveles del gobierno. Mejía ha impulsado proyectos de gran envergadura, especialmente en temas de urbanismo sostenible, limpieza y creación de espacios públicos, que han beneficiado directamente a los ciudadanos de la capital.

Su enfoque en la transparencia, la modernización de los servicios municipales y la cercanía con la gente han dejado en claro que las mujeres pueden ser líderes eficientes y proactivas, dispuestas a escuchar y responder a las demandas de la comunidad. La alcaldía del Distrito Nacional ha experimentado mejoras en la calidad de vida y un notable avance en el desarrollo urbano, consolidando así la idea de que el liderazgo femenino es sinónimo de buen gobierno y administración pública.

Margarita Cedeño sirvió al país como vicepresidenta de la República durante ocho años consecutivos.

Los logros de estas mujeres en altos cargos han generado un efecto dominó, motivando a otras mujeres a involucrarse en la política y al mismo tiempo sembrando en la sociedad la idea de que el género no debe ser un obstáculo para alcanzar los más altos cargos de responsabilidad. Esta percepción pública está evolucionando, y cada vez más dominicanos valoran el liderazgo por su eficacia y resultados, no por el género de quien lo ejerza. Las nuevas generaciones, en particular, están adoptando una mentalidad más inclusiva y equitativa, al haber crecido con ejemplos claros de mujeres que ocupan roles de responsabilidad y son reconocidas por sus capacidades y logros.

Es importante destacar que estos cambios no son casualidad, sino el resultado de un proceso de lucha y avance en temas de igualdad de género. Los movimientos feministas y las organizaciones que abogan por la equidad han jugado un papel fundamental al abrir espacios para que las mujeres puedan aspirar a cargos de liderazgo y al promover políticas y leyes que aseguren una representación más equitativa en la política. La implementación de cuotas de género en los partidos políticos y el creciente interés de las mujeres por la vida pública han fortalecido la presencia femenina en el escenario político dominicano, generando así una base sólida para que el país pueda, en un futuro cercano, tener su primera presidenta.

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