Probablemente en el Distrito Nacional no existe un espacio administrado por el ayuntamiento que reúna las mejores condiciones para que sus visitantes puedan llevar paz espiritual aprovechando áreas verdes y zonas de ejercitarse con la mayor tranquilidad como el parque de Las Praderas.
Este parque verde, rodeado de edificios que no excede los cuatro pisos y espaciosas residencias bien armonizadas, mide pocos más de cuatro kilómetros bien distribuidos para que los residentes de la zona y los visitantes puedan compartir en armonía con la naturaleza.
Es un área urbanizada con la mejor idea de que lo que prime sea el beneficio de disfrutar de la naturaleza y sus componentes materiales. Cableados totalmente soterrados forman parte del parque de Las Praderas, evidentemente que también la parte residencial goza de ese privilegio que no se puede ver en ninguna otra urbanización de la capital.
Sus callejuelas perfectamente asfaltadas, área de juegos infantiles, canchas de baloncesto, tenis, y futbol forman parte del complejo del parque. También cuenta el espacioso lugar con un anfiteatro al estilo romano donde de vez en cuando se realizan presentaciones artísticas para disfrute de los vecinos y visitantes.
En cierta medida la seguridad está garantizada porque existen varias garitas donde elementos del personal interno del cabildo suelen vigilar el lugar, aunque de vez en cuando algún delincuente se cuela y a bordo de motor cometa un delito.
La Iglesia del Divino Niño sirve de entrada a cada visitante, templo católico que con su fachada estilo catedral forma parte del cuido del atractivo parque.
Aun siendo un área de esparcimiento familiar, infantil y de ejercicios físicos pues también se pueden encontrar máquinas para tales cosas, la política municipal se ha involucrado en el referido espacio.
En la gestión de David Collado como alcalde del Distrito Nacional aplicó una remodelación millonaria en el parque de Las Praderas, para luego Carolina Mejía también realizar otra acometida en alianza con el sector privado que sobrepasó los 32 millones de pesos.
En el caso de Collado nunca se supo cuando costó su intervención. Lo cierto es que Las Praderas es una zona verde para disfrutar en cada rincón que usted visite.
Una cafetería también forma parte del ambiente familiar del, la que sirve para que los vecinos puedan conversar y comprar una que otra golosina tanto para los menores como para los adultos.
Áreas de entrenamientos de animales componen la amplia zona ver de Las Praderas, Parque que debía emularse en todo el país por las facilidades y las comodidades que representa tanto para los residentes de los alrededores, también para los asiduos visitantes.
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