Los muros que acogen la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) volvieron a escuchar el clamor de una comunidad internacional a la que le urge una intervención de gran calado en Haití. No sólo el despliegue de fuerzas militares que provinieron del lejano suelo africano, sino ver correr un flujo económico que enrumbe esa nación por un horizonte menos calamitoso. El escenario sirvió de altoparlante para que el presidente de la República Luis Abinader implorara, una vez más, por la estabilización de Haití. Es justo y necesario, para ellos y para quienes vivimos a este lado de la isla.
El presidente contraatacó con una visión diáfana y puntual: la estabilización de Haití «es una necesidad estratégica para la seguridad en mi país y en toda la región». El mandatario solicitó con más firmeza el involucramiento de la comunidad internacional, que participe de una gestión de recuperación de la sociedad haitiana, que juegue un «rol sostenido» en ese necesario proceso de regularización. El colapso de ese país sería perjudicial para todo el Caribe.
No exageró el presidente de la República cuando sugirió a sus homólogos presentes en la asamblea que «la crisis merece una atención especial, desde hace más de tres años, la inestabilidad en el país vecino ha generado una presión significativa sobre nuestra seguridad». La seguridad en República Dominicana también se expone en materia de salud. Los brotes de virus y enfermedades pudieran generar una crisis en el sistema sanitario. «Las atenciones médicas a inmigrantes haitianos representaron el 9.9% del total de los servicios prestado a través de nuestro sistema sanitario».
El trayecto de cada presidente dominicano en las últimas dos décadas de cara al problema haitiano ha sido largo. La comunidad internacional no termina de reaccionar con el impulso que requiere este impostergable asunto. El batallar, como recordó Abinader, posibilitó la aprobación de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que «finalmente se empezó a vislumbrar un camino hacia la estabilidad con la creación del Consejo Presidencial de Transición y la llegada de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití».
El mandatario agradeció al presidente de Kenia que motorizó el despliegue de las fuerzas que llegaron a Haití, nación que carga hasta ahora con la mayor parte de los efectivos que trabajan en apoyo a la Policía Nacional Haitiana. Palabras de agradecimiento expresó Luis Abinader para Jamaica, Bahamas y El Salvador que ya enviaron sus respectivos aportes. Haití no puede seguir esperando una ayuda convincente desde una comunidad internacional que, en su gran mayoría, se hace de la vista gorda con este gran problema.
Comentarios