24/11/2024
Política

Carolina Mejía acelera el paso en ruta hacia el 2026

La agenda de la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, deja poco espacio para actividades fuera de los compromisos del cargo o del trabajo en la secretaría general del Partido Revolucionario Moderno. A ese mismo ritmo marcha el equipo de comunicaciones que mantiene un bombardeo sistemático de los pasos de la funcionaria.

En ruta al 2026, cuando el PRM debe elegir al presidente del partido, a quien vaya a ocupar la secretaría general, también se escogerá la candidatura a la Presidencia de la República. El hormiguero que se aprecia en el círculo de Carolina es más laborioso en lo que se puede apreciar en estos últimos meses.

El acelerado pulso de las estructuras internas que se mueven en su entorno tiene un objetivo definido: competir con posibilidades reales de poder alzarse con la candidatura presidencial. Los perremeístas, influenciados por el mensaje que envió el Presidente Luis Abinader tras su reunión en Palacio con los aspirantes, tratan de guardar la forma –hay quienes, por lo menos públicamente, consideran que es prematuro todavía–, pero el hervidero, el laborantismo que se manifiesta en los círculos de la organización alcanzan altas temperaturas.

Carolina Mejía, una política curtida en la carpintería y en el fuego de la campaña, hija de un expresidente de la República, está consciente que la contienda amerita un desempeño casi extraordinario que no sólo esté limitado a su gestión al frente de la alcaldía del Distrito Nacional. Como secretaria general, ha podido ir labrando el camino, teniendo contacto con las estructuras a todos los niveles, y afianzando un liderazgo más allá de su demarcación municipal.

Con el tiempo, la contienda va mostrando los rostros de un grupo de aspirantes que en algún momento cerrarán fila con uno de los contendientes con posibilidades reales de poder obtener la candidatura. Esto impone un trabajo fino que le permite atraer a su proyecto el apoyo de alcaldes, regidores, diputados, senadores, directores y ministros que ejercen en la administración de un partido en el poder.

Tiene a su favor el liderazgo de su padre, Hipólito Mejía. El expresidente empezó a moverse temprano, plantando bandera en territorio hostil, para ir despejando dudas sobre la capacidad como política, dirigente, funcionaria y mujer preparada para dirigir la primera magistratura. Por el momento, resta seguir movilizando brigadas de la alcaldía, y configurar el rostro de la ciudad con la pulcritud que pudiera avalar su proyecto presidencial en el PRM. Necesitará mucho más, pero por algún lado debe comenzar.

La presidencia del partido
Inhabilitado constitucionalmente para aspirar a un tercer período, es casi un hecho que el presidente Luis Abinader asuma la presidencia del PRM. Esta jugada le permitiría arbitrar el proceso de elección de la candidatura, y evitar que surjan conflictos que afecten la unidad de su liderazgo. Con un liderazgo indiscutible, Abinader se encargaría de encabezar un proceso que no debilite la organización, que para el 2028 tendría ocho años en el poder, cuando el efecto del desgaste pudiera empezar a manifestarse de cara al electorado. Algunos dirigentes de alto perfil ya han manejado públicamente esta idea.

Artículo escrito por Maximo Jimenez

Periodista, crítico de cine. Ex presidente de la Asociación de Cronistas de Arte (2011-2013), autor del libro «La gran Aventura de la bachata urbana» (2018).

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