Una vez más el show humorístico “Que viva el relajo” volvió a lograr un gran impacto entre los asistentes al Teatro La Fiesta del hotel Jaragua, en donde la gente disfrutó de principio a fin de las ocurrencias y el humor de sus protagonistas.
Cuquín Victoria, Jochy Santos, Irving Alberti, Liondy Ozoria y los muchachos de La Receta, no permitieron que el público dejara de reír, pues cada uno de estos personajes logró conectar con sus seguidores y hasta era notorio ver gente con lágrimas en los ojos de tantas risas.
Bajo la producción de Ramsés Peralta, el show de humor “Que viva el relajo” fue llevado a escena por primera vez en noviembre pasado, pero su éxito motivó a su productor a realizar una segunda puesta en escena. Peralta agradeció el apoyo del público en ambas funciones.
El grupo La Receta es una excelente opción en el humor.
Los integrantes del grupo La Receta volvieron a sorprender, con chistes nuevos y otros elementos que utilizan en sus shows, que dejaron muy satisfechos a los asistentes. Está integrado por Juan Carlos Pichardo Junior, Eduardo Santos, Gerald Ogando, Jefferson Reina y Faruk Miguel, todos ellos con excelentes condiciones para el humor, lo que demostraron en el escenario.
Liondy Ozoria también llevó nuevos chistes, pero sin dejar de lado a su muñeco “Ñeñeco” e interactuó con dos jóvenes que llamó del público, a quienes como ventrílocuo que es, los puso a hablar sin que sus voces salieron de sus labios.
Cuquín Victoria dio risa desde que salió a escena. Su participación fue diferente a la primera y quienes repitieron, vieron cosas diferentes y “el viejito”, como les llaman sus compañeros, impactó de forma positiva en la gente.
Irving se lució con su forma pícara de hacer chistes. Es el tipo que más se enamora y que siente una atracción por todas las mujeres, cosa que a su público le agrada bastante. Jochy Santos cerró la noche con cuestos nuevos. Este no desperdició un solo momento de su presentación y el público disfrutó cada una de sus palabras, pues él supo cómo llegar a la gente y no permitirles que se distraigan con otras cosas, pues los mantuvo muy atentos a lo que decía.
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