Cuando terminó de cantar, Pavel Núñez se acercó a la mesa y sus primeras palabras revelaron qué tan satisfecho se sentía veinte años después, desde que dio su primer paso discográfico en el 2001: «Qué banda tengo, esos músicos son maravillosos». Su sonrisa era un poema, doble satisfacción, sin duda, volver a reencontrarse con el público a casa llena en Hard Rock Café luego de más de un año de pausa obligatoria por la pandemia.
Esa banda, que bautizó como El Corredor de la 27, estuvo en su punto el pasado sábado, en el concierto conmemorativo al veinte aniversario no de su debut en los escenarios –lo hizo antes, en otros ámbitos rítmicos– sino fecha en que publicó Paso a paso, indudablemente el álbum más exitoso de su admirable carrera artística.
Pavel salió al escenario sin preámbulos, guitarra al hombro y empezó a cantar. Faltaba poco para las 9:00. Cantó dos canciones y desde el público se paró Freddy Ginebra para felicitarle y mientras se acercaba al escenario, introdujo a Techy Fatule, la primera «invitada sorpresa» de un filón de compañeros y amigos del talentoso cantautor dominicano.
A esa primera parte se le concibió como un «preshow», la antesala del concierto. De la velada a la que asistimos para rememorar el exitoso repertorio de su primer álbum. Con Pavel como «contraparte musical», a punta de guitarra, luego de Techy que cantó «Agonizando», llegó el turno para Luis Armando Rivera que asumió «Por honor».
Y así siguió el desfile: Ana Feliz interpretó «Dos pies izquierdos»; David Vásquez –también bajista de la banda– echó manos a «Marola», el clásico que compuso Luis Días y que inmortalizó Sergio Vargas a ritmo de merengue; Nathaly Hazim hizo «Tengo» y Janio Lora asumió el tema «Ponerse adelante». El reconocido Salsero Luis Enrique tuvo una presentación pre grabada con el tema «Tú, la luna y yo» que precedió a Ariel Núñez, hijo de Pavel.
Momento vibrante, padre e hijo a dúo en una noche de grandes emociones. Y cantaron juntos, escribiendo un capítulo familiar que con el tiempo volverán a recordar diez, quince, veinte años después. Otros veinte años después.
Ariel se quedó en el escenario, y se le unió el grupo completo para cantar «Viene gente». El «preshow», casi una hora después, nos preparó para lo esperado: la descarga de canciones románticas, esas que colocaron a Pavel en el centro de la industria del espectáculo que siempre ha necesitado de música como la suya, con calidad todo el tiempo.
Si bien es cierto que la primera parte del concierto se sintió muy larga, al final todo un complemento que justificó el recurso de los invitados. Con Peter Nova sumándose a El Corredor de la 27 –músico que participó en la producción original– Pavel Núñez le metió ganas, entonó con vigor y «La muerte de Martín», su sólida versión del hit de Johnny Ventura con letras de Héctor J. Díaz, motivó una vibrante reacción del público.
Sólido fue, además, el repertorio que le siguió: «Bethania», «Canción de cuna para mi abuela», «Eterna ciudad», «Ni en pintura». Una tras otras, veinte años después, recibidas con el mismo entusiasmo como el primer día. Luego cantó «Te vi», «En tu saliva», «Los fantasmas». Llegado el momento, disfrutamos de «Paso a paso» y «Te di», una de las canciones más preciosas de su portentoso cancionero. El concierto ahora será parte de un tour que continuó en Hard Rock Café Punta Cana y el día 17 de septiembre irá Maryland y el 24 en el Flamingo Theater de Miami.
Qué mejor manera que volver al escenario tras ese letargo involuntario impuesto por la pandemia, donde Pavel volvió a dar un primer paso, de la mano de su fiel fanaticada, esa que flechó con canciones muy bien logradas, composiciones que honran el amor, la nostalgia, el despecho, la muerte y la vida. Larga vida para Pavel.
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