Cuando el 30 de diciembre del año pasado, el gobierno chino decidió silenciar al doctor Li Weliang porque había dicho que lo que es conocido ahora como el Corona virus era una nueva gripe peligrosa, no pensaron los censores del régimen totalitario que esa medida se iba a revertir contra su propio país.
El gobierno cada vez más autoritario de Xi Xin Ping no quiere ninguna voz que le contradiga porque su único objetivo es desarrollar a la China Comunista como la primera superpotencia de este mundo que conocemos hoy, a todos los niveles.
El valeroso médico Li Weliang murió días después porque cayó afectado de la propia pandemia que acababa de descubrir.
Lo mismo pasó con la directora médica del hospital donde trabajaba We Liang, la doctora Ai Fang quien también fue mandada a callar por el poder chino ante sus denuncias de que ese virus gripal que se inició en la ciudad de Wuhan era mortalmente peligroso.
Ella por suerte está viva pero bajo las amenazas de sus jefes no puede decir nada bajo pena de ser encarcelada.
Esa actitud de ocultamiento del gobierno chino que abarca a todos los sectores de la vida de esa nación, originó que al exterior llegara el Covid19 cuando ya en el país asiático la gente moría por centenares.
Occidente tomado inesperadamente también cometió errores que han costado decenas de vidas indefensas ante la ineptitud de la democracia occidental en busca de garantizar la salud de sus residentes.
Yéndonos al otro extremo de la censura china, vemos en Estados Unidos donde el comportamiento errático del Presidente Donald Trump y la aplicación de la censura a su manera también ocasiona día a día miles de muertos entre los norteamericanos.
Tenemos el caso del capitán Brett Crozier del portaaviones Theodore Roosevelt fue sancionado y amonestado porque se quejó de que una gran cantidad de sus tripulantes fueron afectados por el mortal Coronavirus.
El capitán Crozier fue censurado al estilo occidental y todavía no se sabe cuántos marineros habrán fallecido del referido navío, lo que complica más la vigilancia de la salud de todos esos hombres y mujeres que defienden la seguridad de los Estados Unidos.
En fin cada país censura a su manera pero es censura al fin y al cabo, un comportamiento político que en nombre de la seguridad nacional oculta la verdad de las cosas, y que se puedan resolver problemas como este en el menor tiempo posible.
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