22/11/2024
Cine

Reinbou, poema fílmico que une buen cine y rica literatura

Por José Rafael Sosa

Tras un proceso de casi cuatro años, desde en que sus productores leyeron la novela de Pedro Cabiya hasta que ha sido finalizada y exhibida en premier   e, el proceso que ha Reinbou le llevó por una gama y variada de sentidos y sentimientos, de apoyos oportunos y de una capacidad inherente a sus patrones de producción que eleva la calidad de lo que el cine dominicano puede dar.

Tras verla, la sensación que queda es la de una plácida complacencia y un claro convencimiento: somos capaces de hacer un cine de alta factura artística y con garras como para ensimismar cualquier público de cualquier país.

Filmada en El Cabreto, Municipio de Guerra, la historia de Ángel Maceta, un niño de 7 años ha valido cada instante de trabajo y cada jornada de sus afanes.

En lo técnico. La producción se destaca, además de por su historia, por el cuidado profesional llevado al extremo en cada uno de sus aspectos técnicos, en los que resalta la co-dirección de Maler y el español Andrés Curbelo (para ambos su ópera prima), la fotografía del español Marc Miró, egresado de la Escuela Superior de Arte de Cataluya, quien logra una paleta cromática que expresa secuencias que van de la acción hasta la tierna poesía de sus imágenes para los tiempos de la historia y la fantástica dirección de arte y el diseño de la producción del puertorriqueño Raffi Mercado, (nos parece que salvo lo que logró en La Gunguna, Ernesto Alemany, 2015 ) lo mejor que ha logrado.

Profesionalmente notable es el universo sonoro: su diseño general por Alejandro Castillo, la música que logra Nicolás Sorín y el directo de Franklin Hernández. La edición, de Nino Martínez Sosa, es precisa y limpia, evitando vericuetos y ripios fílmicos innecesarios.

Las actuaciones. El gran puntal interpretativo de Reinbou es el niño Erick Vásquez (Ángel Maceta), con quien se logra plasmar, gracias a una acertada dirección actoral y a las condiciones sorprendentes de este muchachito, ser en busca de un padre perdido.

En Eric Vásquez se dan una serie de condiciones de excepción para el cine criollo: brillantes registros faciales, el tono de su la mirada, el gesto al moverse, dan la ida de lo justo que fue su determinación en casting.

Nalsha rompe con la ventaja implícita en ella de su sensual imagen y el poder de su atractivo físico, para encarnar una madre soltera empobrecida y endurecida por los golpes de la vida. Sin ese atractivo, le quedó un amplio margen para demostrar que se está frente a una profesional de la actuación. Maler desempeña sus dos roles con entrega, compartiendo la dirección del proyecto. Héctor Aníbal, que junto a Fank Perozo, es uno de los actores de mayor presencia en las producciones dominicanas, cumple su papel con credibilidad. Gerardo Mercedes (El Cuervo) tiene oportunidad de un papel que demuestra su versatilidad y talentos inexplorados. Juan Carlos Pichardo, irreconocible, convence de pleno derecho con su jardinero de campos de golf.

La base literaria. Pedro Cabiya, escritor, poeta y cineasta acaba de ser llevado al cine por su imaginativa y bien lograda novela Reimbou, adquirida por Cacique Films (Gilberto Morillo, David Maler y Naslha Bogaert). Es previsible que muchos lectores tengan un motivo para buscar este título, disponible en Amazon para la tecnología Kindle.

Reinbou es una novela enmarcada en la zona del rural del Caribe, en la que se el autor desborda la imaginación y la ternura, el drama y la pasión familiar, por la vía de un niño cargado de fantasía e inocencia y un padre ausente por complicaciones políticas.

Cabiya es un generador, en Reinbou, de un universo de personajes y ambiente, que ahora debe ponerse de moda por el mutuo apalancamiento entre cine y narrativa. Muchos que acudan a verla, a partir de este jueves, tendrán la curiosidad (en muchos casos morbosa) para disfrutarla y saber si la adaptación al cine es fiel a la obra, opción casi inevitable para quienes consumen los productos culturales de la pantalla y el libro. Tiene dominio de su oficio y resalta una cierta creatividad infantil en su desempeño, necesaria y fascinante para poner su obra en punto preciso de disfrute.

La novela, en tanto su calidad narrativa, atrapa al lector con sus juegos de sarcasmos, su firme compromiso social, expresado al más alto nivel, evitando en panfleto.

Esta cinta es un abono de luz a un buen matrimonio largamente esperado en el país, es aquel que debe unir Literatura y Cine, expresiones que escasamente han unido sus laudos para entregar al público una expresión digna de nuestra creatividad. Su página es pedrocabiya.com.

Reinbou es esa justa muestra que precisa con los hechos los efectos de la Ley Nacional de Cine, debatida y revisable, se resuelven en un factor de estímulo para la cualificación del cine nacional y de darle opción para mostrarse con orgullo, en cualquier pantalla del mundo.

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