Asistir estos días al Palacio de Bellas Artes constituye una experiencia fascinante que todo el que le sea posible debe experimentar. Un mundo de sueño e inocencia nos permite descubrir la sensibilidad de un grupo de encantadores niños y adolescentes por medio de sus cualidades tanto para la actuación como para el canto en el musical “Gliburbit”. A pesar de que hay material para hablar de la escenografía, el vestuario, las luces nos centraremos en el argumento.
Dos actos conforman la puesta en escena. El primero da lugar a la adquisición de una vivienda para niños desamparados, los cuales han crecido sin sus padres y únicamente han encontrado apoyo en dos seres magnánimes: Clara (Jeanna Ortiz) y Lucy (Claudia González). A medida que avanza la obra aparece el Dr. Patrañas (Estefany Piña) con sus secuaces Úrsulo (Jared Gómez), Adolfo (Guillermo Lima) y Rigi (Amelia Brea), quienes buscan la máquina teletransportadora que inventara el Dr. Piro (Lester Félix) con la intención de llevar a cabo sus malévolos planes de destrucción.
En la medida en que los niños Manny (Giacomo Seralle), Bryan (Jose F. Attias), Alfredo (Enmanuel Castillo), Consuelo (Teresa Vargas), Chácaro (Henry Frica), Mateo (Ricardo Cruz), Sofía (Bianca García) y Dorka (Rocío Melo) se acoplaban a la casa que con tanto amor e ilusión habían conseguido sus ángeles protectores a través del abogado Mauricio Cepeda de la Buena Fuente (Sergio Acosta), el Dr. Patrañas procuraba recuperar la máquina y para lograr su propósito envía a su equipo a la casa de los niños, quienes en su primer intento no lo consiguen, despertando así la curiosidad de Mateo y Chácaro que no sólo descubren la máquina, sino que se percatan de las verdaderas intenciones del equipo del Dr. Patrañas gracias al apoyo de Sofía y Teresa que se despiertan con los ruidos.
Es de este modo que por accidente ponen en funcionamiento la máquina y se teletransportan al planeta “Gliburbit”, un mundo de fantasía. Inicia el segundo acto y, entre los habitantes de Gliburbit están Luguant (Hilda Anabel Pérez), Serfex (Carmen Arredondo), Luly (Laura Guzmán), Nunakin (Luis Villanueva), el Gran Mornimox (Sebastián Rodríguez) y el Dr. Piro quien trabaja en una fórmula para salvar el planeta tierra y lograr que el planeta Gliburbit vuelva a su órbita.
Al grupo se integran los demás niños y más adelante el Dr. Patrañas, que secuestra al abogado logrando el control de la casa. Pero algo asombroso surge en Gliburbit: “Cuando trabajas con la felicidad de los demás el corazón se llena de amor” y, es el amor la fuente inagotable que inspira al Dr. Piro no sólo para encontrar una fórmula para salvar a los dos planetas, motivado por la alegría de sus nuevos amigos: los niños, sino también para convencer a su hermano el Dr. Patrañas y a su equipo para que practiquen el bien. Al final, todos regresan felices a la casa, con excepción de los hermanos el Dr. Piro y el Dr. Patrañas que pasan entrañables momentos en Gliburbit.
El equipo que integra la Fundación “Yo también puedo” ha asumido el espectáculo conjuntamente con Marcelle Marié Berrido, María Esperanza Haché, ambas directoras y productoras general; Haffet Saba de Marchena (productor general), Wendy Quéliz (directora Teatral), Junier Lemba (director musical), Ariel Leonardo (coreografía), Laura Fernández (coreografía), Claudia González (directora vocal), Enmanuel Camaño (vestuario), Oscar García (productor de línea), Bianca García y Miguel Alcántara (libretistas). Todos ellos han hecho posible que “Gliburbit sea una aventura de otro mundo”.
La magia que envuelve el escenario y las buenas intenciones de sus creadores hacen posible que no existan notables diferencias entre sus personajes, pues buena parte de ellos: niños, niñas y jóvenes “con necesidades educativas especiales”, a través de las artes han logrado impresionar a los presentes con sus habilidades, su creatividad y ocurrencia, dejando un legado importantísimo: “donde está Dios hay amor” y el amor irradia felicidad.
La función estuvo abierta al público, ayer viernes, en función de gala, hoy y mañana domingo para el público en general, a partir de las 7:30 p.m. No dejen de vivir esta historia donde las emociones se sienten a flor de piel.
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