El desarrollo experimentado por los diferentes medios de comunicación, la concentración del poder de la organización, en un núcleo numéricamente reducido, el desarrollo en la mentalidad de algunos de algunos dirigentes, de utilizar a las bases solo en zafras electorales, han creado, aún entre los peledeístas, una confusión en la que no se puede diferenciar con claridad, al hombre de la organización que le agrupa.
El PLD se movilizó en mayo 2016, ganó el derecho a la administración del Estado con un 62%, eso no está en discusión, será así hasta el 2020. Quienes estén confundidos, que reflexionen y se corrijan. El PLD como organización ha cumplido su rol en buena ley. Es prudente, entonces en un acto de cordura, sacarlo del discurso de causante de la corrupción.
El caso entonces, de todo aquel interesado en el castigo a la corrupción, queda reducido a una persona o grupo de personas, siendo así y existiendo leyes, procedimientos y organismos, para juzgar en cada situación;¿ porque involucrar al PLD, en un asunto que es de responsabilidad exclusiva, del o de los que hayan cometido delitos?
Quizás sin quererlo le están colocando una muralla defensiva al que haya cometido delito.
Muralla que no será colocada, pues quien sea culpable que cargue con su culpa, el partido no comisiona a hombres para que cometan delitos; más que todo es autocrítico, herederos de la reciedumbre moral de juan Bosch. El que caiga en delito, que pague por este.
Quizás no les interese, en realidad, la persecución del delito, sino dañar a la organización morada. Eso primero es inmoral porque están engañando al pueblo, cuando no declaran sus verdaderos objetivos; segundo, es torpe porque el PLD no es un hombre, ni dos ni tres, el PLD es una estructura preparada, para reponerse de sus pérdidas, no importa de la naturaleza que sea; por eso sobrevive a Juan Bosch.
Esta organización posee estructuras en las que destacan las direcciones medias, que agrupan a los miembros de las bases del partido. Los hombres y mujeres, que hacen vida en el corazón de las comunidades y en las calles de las grandes ciudades y los pequeños poblados.
La prudencia aconseja, concentrar sus mayores esfuerzos en mostrar, a esa oposición, que ha decidido salir de los medios de comunicación y las redes sociales, para tomar las calles; el poder, la capacidad de reacción, con que se cuenta el PLD, para defender sus intereses, en cualquier tipo de confrontación nacional o local, sin utilizar el aparato estatal.
Están determinados a salir a las calles, porque han encontrado que se les ha hecho frente en los medios electrónicos y las redes sociales y notan que las calles están solas. En las condiciones actuales, las ven como blanco fácil, realmente lo son.
Los comités intermedios están cerrados, ¿por qué? ¿No hay dinero, para pagar el alquiler? ¿No son necesarios estos espacios de discusión y reflexión de los temas nacionales e internacionales?, ¿No le quieren ver la cara a los compañeros en los locales y darle la oportunidad de que sean los primeros críticos ante cualquier situación? ¿las bases solo son importantes en los momentos electorales?
Si es así, entonces queda bien entendido.
No resulta extraño que los perfumados, quieran hacerse dueños de las calles, total el PLD no las quiere.
Bueno sería que la marcha de protesta, en su recorrido, al pasar por el frente de los locales del PLD, se encontrara con una militancia, aunque tranquila resuelta a dar la lucha por mantener el espacio conquistado.
Qué bueno sería que nadie pudiese recorrer 400 metros, sin encontrarse con la imagen morada adornada con la estrella amarilla, pobladas de hombres y mujeres sin máscaras, resueltos a ir un poco más allá del mundo digital y las redes sociales.
El local del comité intermedio, en estos tiempos, es tan necesario como antes, porque es la expresión del liderazgo local, sobre el cual se sustenta el liderazgo nacional.
Debe ser el centro de reunión por excelencia, tanto para los eventos cotidianos de la membresía, como para recibir a delegaciones políticas locales y nacionales en un vivo intercambio de opiniones, donde se pueda ejercer libremente la crítica y autocrítica.
De esta manera se podría decir entre peledeístas, lo que otros les dicen desde fuera.
El local del partido debe ser un espacio a ser visitado por investigadores, en busca de información, por estudiantes en busca de asesoría, para la presentación de trabajos de índole académico o de interés social y políticos, centro de información: histórica, filosófica, sociológica, económica, política, centro de apoyo al desarrollo comunitario; con herramientas para ejecutar esos procesos de conocimientos.
Un verdadero centro de poder, al servicio del partido.
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