El Banco Central de la República Dominicana mantiene su tasa de política monetaria (TPM) en 5.5% anual.
Aunque se mantienen las condiciones que llevaron a un incremento preventivo de la TPM en la reunión como son el aumento esperado de la tasa de interés de política monetaria de la Reserva Federal, el incremento gradual de los precios del petróleo y las expectativas generadas en torno al proceso electoral de Estados Unidos, el BCRD optó por mantener invariable su tasa de referencia. Esta decisión se tomó a la espera de mayor información sobre el impacto económico pudiesen generar los eventos climáticos extremos ocurridos recientemente.
La decisión respecto a la tasa de referencia pondera el balance de riesgos sobre las proyecciones de inflación a partir del análisis de los principales indicadores macroeconómicos internos, las expectativas del mercado y el entorno internacional relevante para la economía dominicana. En el mes de octubre, la tasa interanual de inflación disminuyó a 0.91%, al tiempo que la inflación acumulada al décimo mes de 2016 se ubicó en 0.65%. Asimismo, la inflación subyacente interanual, relacionada con las condiciones monetarias, se mantuvo en 1.78 por ciento.
En el contexto externo, contrario a lo esperado, la reacción de los mercados ha tendido al alza de los indicadores bursátiles luego de las recientes elecciones en los Estados Unidos. El dólar se ha fortalecido y las tasas de interés de largo plazo se han incrementado ante una mayor probabilidad de aumento de tasa por parte del Banco de la Reserva Federal. En este contexto, Consensus Forecast estima que la economía de EUA crecería 1.5% en 2016 y 2.2% en 2017. Por otro lado, la Zona Euro (ZE) se expandiría en torno a 1.6% en 2016, apoyada por el desempeño de Alemania (1.8%) y España (3.1%), principalmente. Para el 2017, esta región experimentaría una moderada desaceleración, creciendo 1.3% interanual, influenciada por el impacto del Brexit y la incertidumbre en Francia e Italia, países que enfrentan procesos eleccionarios en el corto plazo.
En América Latina, los indicadores de la mayoría de los mercados de capitales de la región han presentado una tendencia a la baja en las últimas semanas. En el sector real, la economía de AL sigue en recesión. Según Consensus Forecast, la región se contraería en -0.4% en el presente año debido a recesiones importantes en países como: Venezuela (-10.3%); Brasil (-3.3%); Ecuador (-2.0%); y Argentina (-2.0%).
Contrario a las perspectivas de estas economías exportadoras de bienes primarios, Centroamérica y República Dominicana, países que se han beneficiado de los bajos precios de los commodities, particularmente el petróleo, experimentan tasas de crecimiento positivas con bajos niveles de inflación. Para 2017, América Latina crecería en torno a 2.1%, siendo Venezuela (-3.2%) la única economía que se mantendría en recesión.
En el ámbito doméstico, la actividad económica y la demanda interna evolucionan favorablemente en el corto plazo, creciendo por encima de su nivel potencial. Se espera que la economía crezca en el rango de 6.0%-6.5%, el más alto crecimiento de la región, aun considerando los posibles efectos negativos de las recientes inundaciones sobre los resultados del cuarto trimestre.
El crédito al sector privado en moneda nacional continúa expandiéndose a una tasa cercana a 12.0% en el mes de noviembre y cerraría el año con una expansión superior al producto nominal estimado.
En lo referente a la política fiscal, la tasa de crecimiento del gasto público se ha desacelerado notablemente en la segunda mitad del año, lo que implica una postura fiscal más restrictiva y en consonancia con la proyección de déficit de 2.7% del PIB, presentada en la última revisión del Presupuesto para el presente año.
Se espera que los esfuerzos de reconstrucción de las zonas del país afectadas por las recientes inundaciones tengan un impacto moderado en el déficit fiscal sin generar un desvío importante de la estimación de déficit para el cierre del año. En el sector externo, se espera un déficit en cuenta corriente en torno a -1.7% del PIB para el presente año. Este contexto de fundamentos macroeconómicos sólidos contribuye a mantener condiciones propicias para acumular reservas internacionales y promover la estabilidad relativa del mercado cambiario.
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