Desde tiempos inmemoriales la familia constituye la unidad social fundamental, para el desarrollo de la raza humana. Por cualquier vía que recorramos, para encontrar al hombre, como protagonista de la historia, se nos presentará como parte de esta estructura social.
La sociedad actual está empeñada en rendir culto al individuo, dejando de lado al nido de donde este proviene. Parecería que da igual que este provenga de una familia equilibrada, orientada, bien cuidada en valores, derechos y deberes; a que provenga de la más terrible distorsión de las calidades antes mencionadas.
Este comportamiento esta contribuyendo al desarraigo del individuo, del seno familiar y por ende, a que este considere, que sus decisiones solo tienen consecuencias, para sí mismo. Un individuo en estas condiciones, constituye un peligro para la sociedad.
Esta es una situación que amerita se le preste especial atención, si es que realmente estamos preocupados por la crisis que nos afecta.
Existen varias definiciones, algunas tradicionales, otras en su caso tratan de describir las complejidades de las estructuras familiares, con que contamos hoy.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la familia se define como “un grupo de personas emparentadas entre sí, que viven juntas, lo que lleva implícito los conceptos de parentesco y convivencia, aunque existen otros modos, como la adopción”.
Este concepto es, de los consultados, el más abarcador de todos, pues deja espacio, para la consideración de algunas estructuras familiares, vistas, por la mayoría del mundo, como una distorsión.
Según el Diccionario de Definiciones ABC; sociológicamente, la familia está definida como: “La célula básica del conjunto de la sociedad”
José Nicolás Almánzar García, en su obra, Manual de educación moral y cívica, para el ciudadano dominicano, plantea que “la familia es la primera y más natural de las sociedades humanas. Por eso se afirma que es como la célula social”.
Tanto en el ABC, como en el distinguido maestro, se reconoce a la familia como la unidad mínima, a partir de la cual se conforman los demás órganos del cuerpo o estructura social.
Sobre su origen, la corriente secular o científico materialista; concibe el origen de la familia, en la descomposición del modo de producción comunitario primitivo. Tras un largo proceso, el individualismo zoológico se ve sustituido por las hordas primitivas y estas a su vez, se van especializando en grupos cada vez más pequeños y selectivos, que finalmente dieron origen a la familia.
Durante el desarrollo de este proceso, una familia señorearía sobre las demás, dando origen a las dinastías de la antigüedad.
La corriente místico-religiosa o bíblica; ve a la familia como parte del conjunto de la creación, con la pareja de Adán y Eva; luego se inicia el patriarcado hebreo, con la familia de Sara y Abraham, que estaba predestinada a ser la raíz, de donde habría de nacer Cristo.
Como se ve, el papel histórico de la familia, en sus inicios, no fue solo social, si no que durante miles de años, fue la institución de mayor peso, en la conformación de la estructura de poder político de las sociedades antiguas.
Es así como vemos, a la dinastía de la familia de los Xia; sucedida por otras en China de hace 5000 a 6000 años. También en Egipto, la familia del rey Menes, tras la unificación del territorio, 3500 AC.
Griegos y Romanos, establecieron gobiernos monárquicos, con el sello dinástico, pues la sucesión gubernamental se daba entre una misma familia.
La nobleza medieval, también estableció su orden sucesoral, basándose en la familia y aun hoy, quedan reductos en Europa, de monarquías hereditarias.
Tanto el mundo antiguo, como el medieval tuvieron como estructura fundamental, para la detentación del poder político, a la familia.
Esta situación habría de ser cambiada por el capitalismo, donde lo que prevalece no es la familia, si no la clase social dueña de los medios de producción, el individuos con dinero, aunque no provenga de la clase dominante y al final, al acecho de todos; el gran capital internacional, que está destinado a consumirlos a todos.
La versión que sea, del capitalismo, que vivimos hoy, en la República Dominicana, basados en la democracia representativa, no prevé el orden dinástico, como forma de sucesión en el poder del Estado. Salvo el caso de algunos referentes latinoamericanos, como son; Somoza en Nicaragua, Duvalier en Haití, Perón en Argentina, los Castro en Cuba.
El mundo en que vimos hoy ha visto desaparecer, el papel político de la familia. Pero no puede pasar por alto, el valor de su papel social.
Las estructuras sociopolíticas existentes, adquieren los insumos para construir al hombre ideal, de esa disminuida y olvidada célula social. Si ella está afectada, el producto también lo estará.
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