Confieso que fui con reservas a ver Deepwater Horizon, a pesar de su buen puntaje en Rotten Tomatoes. Sin embargo, el film es una experiencia visualmente impactante y, contra todo pronóstico, emocionalmente conmovedora.
Increíblemente, el director Peter Berg consiguió con el que propiamente puede considerarse como un thriller de acción o de catástrofe, lo que a simple vista parecía imposible: rendir tributo a los caídos en una tragedia, sin llegar al melodramatismo cursi y al mismo tiempo, entretener y deleitar a la audiencia con determinación y propiedad.
Esta película constituye definitivamente un caso raro, puesto que aquí no hay grandes actuaciones, los personajes son más bien esquemáticos y fácilmente identificables; los buenos están de un lado (Mark Walhberg y su esposa, Kate Hudson así como Kurt Russell), y los malos del otro –John Malkovich y la corporación BP que éste representa. Pero aun así, el director Berg –y esto dice mucho de él –se las ingenia para llegar y tocar profundamente al espectador, apelando muchas veces a los silencios, las miradas perdidas o los escasos diálogos de los afectados –“Get your ass in a lifeboat”.
Basada en un artículo del New York Times, Deppwater Horizon está inspirada en la catástrofe ocurrida el 20 de abril del año 2010, en la plataforma petrolera del mismo nombre, en la que no sólo murieron 11 personas, sino que se produjeron daños ambientales incalculables.
El hecho quedó registrado como el mayor desastre, en términos de la cantidad de gallones de petróleos derramados, ocurrido en la historia de Estados Unidos.
El film está narrado desde la perspectiva de Mike Williams (un Walhberg comedido y convincente), quien es el electricista jefe a cargo de la enorme estructura que se levanta imponente sobre el nivel del mar en el Golfo de México.
Mike es un colaborador cercano de mister Jimmy (Kurt Russell), el jefe de seguridad de la planta, quien le reclama al principal oficial de la BP abordo (Malkovich) sobre la necesidad de realizar pruebas periódicas de seguridad.
Deppwater Horizon se toma su tiempo en presentar algunos personajes, así como los distintos aspectos que anteceden el momento cumbre del film, pero cuando este llega, indudablemente impacta contundentemente al espectador.
A pesar de que la estructura del film es convencional y los realizadores innegablemente se tomaron distintas libertades para recrear la historia, uno no siente que el relato es una exageración o un burdo intento por lucrarse de la tragedia ajena.
Por el contrario, la película mantiene un equilibrio que no es común en este tipo de producciones, y resulta no sólo estilística y con un palpable sentido de tensión, sino sobre todo, visualmente impresionante y perturbadora.
Al tomar en cuenta que los hechos a grandes rasgos son básicamente conocidos por el público, el guión del film se enfoca hábilmente en los principales personajes, en la dinámica de su trabajo y en las implicaciones y dificultades del mismo.
Por eso, en los primeros 45 minutos, la mayor parte de ellos relacionados con el manejo de la plataforma petrolera y la seguridad de la misma, la película transmite una tensa y premonitoria calma.
Lástima que en ocasiones uno no entienda o no sepa con propiedad que está sucediendo, y que además cuando se desata el pandemónium, los muertos y heridos se pierdan de vista en medio de la excitación. En tal caso el film hubiese sido aún mucho más satisfactorio.
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