La merenguera Miriam Cruz es la nueva víctima de los “hackers” en el país. La artista salió rápidamente a denunciar a quienes desde hace unos días se hacen pasar por ella en el Facebook. “Quiero públicamente denunciar una vez más que la suplantación de mi identidad en la cuenta de Facebook que aparece en el siguiente link: https://www.facebook.com/miriamcruzaracelist esta persona se está haciendo pasar por mí, robando mis publicaciones de twitter y las fotografías de mis actividades. Les pido no se dejen engañar”, aclaró la intérprete de “La Carnada”, en un comunicado enviado a los medios en esta mañana.
Dejó claro que su única cuenta privada de Facebook llegó al límite de amigos y por lo tanto ella aún no puede aceptar más solicitudes, razón por la cual ella y su equipo han habilitado su nueva Fan Page Oficial:
https://www.facebook.com/miriamcruzr, a través de la cual ella ofrece información de su carrera y sus actividades.
“Desconozco las razones y las intenciones que estén llevando a esta persona a usurpar mi nombre pero ya tomamos las medidas del caso e hicimos la denuncia respectiva”, asegura Miriam Cruz.
El artista urbano tiene un caso en la justicia pendiente en el que involucra a un vecino de infancia, quien le usurpó su identidad en las redes para abusar de fanáticas.
La ex Chicán, no es la única cantante dominicana que se ha visto expuesta a este de sin sabores, ya algo parecido aunque hasta cierto punto mucho más delicado había vivido Mozart La Para con un vecino de infancia que usurpó su identidad por un tiempo prolongado y le provocó serios problemas con fanáticas y hasta con su familia. El caso fue llevado a los tribunales, pero un año después es cuando se le acaso al artista de “Armao, bebio y con cuarto”, aún está pendiente en los tribunales debido a que el día que fue citado para conocer a fondo el mismo el artista urbano se encontraba de gira por Europa.
La tecnología ha ayudado a la sociedad y sobre todo a ciertas profesiones que deben interactuar con la gente, como son los artistas, pero también tiene sus complicaciones en un mundo que cada vez se hace más global y menos “privado”.
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