Después de todos estos años haciendo humor físico y comedias ligeras para la clase trabajadora, de repente, el actor de risa fácil Ben Stiller nos ha traído una sátira amarga e intelectual, con el tono y la profundidad que en antaño fue la marca de fábrica de Woody Allen.
Esto es bueno y malo al mismo tiempo, y no es responsabilidad exclusiva de míster Stiller. De hecho, el guion y la dirección corren a cargo de Noah Baumbach, el prestigioso guionista y director de películas como ‘The Squid and the Whale’ y ‘Frances Ha’.
Lo interesante de esto es el hecho de que un director relativamente joven como Baumbach (46), tiene el talento y la energía para ofrecernos un film cuyos alcances narrativos uno puede equiparar con las películas del maestro existencialista contemporáneo por antonomasia.
Stiller es Josh y Naomi Watts es Cornelia. Ellos son una pareja neoyorquina que se encuentra en medio de la llamada crisis de los 40.
Sin descendientes, mientras sus amigos parecen estar viviendo en el paraíso con sus hijos, Josh y Cornelia están, no obstante, a gusto con sus vidas, aunque no han salido de vacaciones en los últimos años, y Josh tiene 10 años intentando concluir un documental sobre ‘El Poder en Estados Unidos’, sin que encuentre la forma de llegar a puerto.
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La rutinaria y ‘segura’ vida de ambos se viene abajo cuando conocen una joven pareja en sus 20’s que rechazan la tecnología, al menos eso pretenden, su medio de transporte es la bicicleta y tienen como mascota, en medio de un apartamento amueblado con cosas que otros desechan, a una gallina.
Ellos son Jamie (estupendo Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried). Él es un ambicioso y habilidoso joven director que busca la coartada perfecta para poner en evidencia su talento como documentalista, y ella, la esposa de espíritu libre y comprometida con el sueño de aquél.
La primera hora del film es interesante y entretenida –a pesar de que la secuencia de vómitos se torna excesiva y extensa– mientras Josh busca la forma de poner en perspectiva lo que es verdad y lo que es ficción, y una renovada juventud parece ser el nuevo norte en su vida.
El último tramo de ‘While We’re Young’, sin embargo, es donde el ritmo del film decae y algunos de los personajes se descarrilan.
La película no está exenta de fallos o aspectos que no alcanzaron todo su potencial, pero aún así es mucho más significativa y recomendable –sus agudos diálogos reflejan pertinentes puntualizaciones sobre la sociedad y la madurez– que la mayoría de las comedias que se estrenan cada semana.
Muy buenas caracterizaciones del elenco, Stiller, un veterano cuyo versatilidad es cada vez más palpable; Charles Grodin, en un pequeño pero importante rol, así como Watts, Driven y Seyfried. Notable trabajo en general del director Baumbach.
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