Han transcurrido 4 años desde la última edición del Festival Presidente de la Música Latina y 14 desde que en el 1997 la Cervecería Nacional Dominicana, con su marca Cerveza Presidente, pusiera en marcha un evento que inmediatamente alcanzó trascendencia internacional y se posicionó como el más importante de su clase en el país. No era para menos.
El evento se celebrara todos los años, hasta que por razones económicas y la crisis que fluctuaba en el mercado, la empresa organizadora decidió suspender y ponerlo en marcha a conveniencia. Del 2005 pasó al 2010 y ahora al 2014. El escenario ha cambiado desde entonces: CND opera bajo una nueva gerencia, aunque conserva el liderazgo del mercado y la visión que caracteriza su filosofía y el país se acostumbró a recibir las grandes estrellas de la música que, para 1997, 1998, 1999 y así sucesivamente, solo podían verse en el Festival (en muchos casos).
La fórmula que predominó en la producción de este magno evento, que regresa al escenario de mayor capacidad en el país, el Centro Olímpico Félix Sánchez, incluía una cabeza dirigida por la CND y la participación oportuna de la mayoría de los productores locales. Eso garantizaba una cartelera robusta, completa y diversa, en la que se sumaban las principales estrellas del momento: las que el público quería ver en la respectiva edición.
En esta ocasión, Cervecería Nacional Dominicana, acogiéndose inteligentemente a los cambios que ha sufrido el mercado, decidió eliminar la denominación Latina de su nombre. Ahora, gracias a que es el Festival Presidente, pueden apostar a figuras anglosajonas, esas que el público desea ver en escena y que muchas veces nunca se han presentado en el país. Eso justifica los éxitos, por ejemplo, de un Elton John en Altos de Chavón, como también sucedió con Rihana en Hard Rock Hotel Punta Cana, para solo citar dos casos.
La producción de la edición 2014 del Festival recayó en el Grupo CIE (Corporación Interamericana de Entretenimiento), una empresa importante a nivel internacional, escogida tras la convocatoria de una licitación por parte de CND, en la que participaron casi todos los productores locales, que quedaron fuera del negocio. Más adelante, a la dinámica de gestión para contratar a los artistas, CIE convocó a César Suárez Jr., uno de los empresarios locales de mayor experiencia.
Con la mayoría de los artistas latinos en baja, salvo algunas excepciones (que por cierto ningunas de ellas estarían en este año en la cartelera del evento), con nuevos ejecutivos en CND y varias atracciones importantes previo y pos festival, los productores tienen de frente retos importantes para garantizar su éxito.
Por un lado, los representantes artísticos locales suelen ser los más pegados, pero estos son un complemento del plato fuerte: la cartelera internacional. Se espera, por ejemplo, en el renglón urbano que participen exponentes como Don Miguelo, Vakeró y Mozart La Para.
En cuanto al merengue, la fórmula no puede arriesgarse y dejar fuera a las orquestas tradicionales, como Los Rosario, Eddy Herrera, Héctor Acosta y Sergio Vargas. Juan Luis Guerra sería una gran sorpresa, pero es casi seguro que éste haya rechazado cualquier oferta para actuar en el evento. Guerra está en producción de su nuevo álbum, proceso al cual le dedica toda concentración y tiempo.
Entre los bachateros, hay quienes apuestan que Anthony Santos será la carta debajo de la manga de CND. Combinado con un cartel atractivo, Santos siempre es un artista cautivador, enérgico y disfrutable, y significaría un buen fichaje de la producción si es que el carismático, enigmático e impredecible intérprete aceptase subir al escenario en una de las tres fechas del festival, que inicia el 3 y concluye el domingo 4 de octubre.
A Santos se sumaría Prince Royce (segunda opción luego que Romeo Santos confirmara con Saymon Díaz actuar en el mismo escenario el sábado 20 de diciembre), y una que otra propuesta local: Frank Reyes, Raulín Rodríguez y de ahí para abajo. La salsa tendría su representación local, es casi seguro, pero el género estaría sobre los hombros de figuras como Gilberto Santa Rosa y Víctor Manuelle, dos de los intérpretes boricuas más queridos en el país.
El periódico El Día adelantó hace unas semanas, que Maná y Bruno Mars encabezan el batallón que desfilará en el Festival. Confirmados estarían, además, Wisin y Yandel. Con Cesarito Suárez Jr. en la jugada, no extrañaría la confirmación de Camila (que acaba de iniciar gira), Marco Antonio Solís, Natalia Jiménez, Cristian Castro, Carlos Vives, Ricardo Montaner, Franco DeVita y alguna otra celebridad cercano a su círculo natural de trabajo.
Hasta el momento, entre los nombres que han trascendido hasta que CND confirme en rueda de prensa esta tarde a la cartelera, Bruno Mars ocupa principalía. Otros exponentes que subirían al Olímpico de la música serían algunos DJ’s, como Tiesto, Calvin Harris o David Guetta. La mezcla de los DJ en la cartelera del Festival Presidente es la especie novedosa en esta oferta, debido a los estilos y géneros propios a que ha apostado el evento, pero experimentar es parte de la nueva filosofía de sus productores.
Según se enteró PhotoNews, ejecutivos de CND y gestores de la empresa productora, estuvieron pisando cerca en los alrededores de artistas como Beyoncé, entre los anglosajones que pudieran significar un gran atractivo, pero hasta ahora la respuesta ha sido el secreto mejor guardado.
El gran reto del Festival Presidente es conservar su liderazgo en la región como el evento más importante y de mayor envergadura, producido en República Dominicana. Tanto se beneficia el país como la economía nacional. Desde el 1997, el país estuvo en el centro de atención de América Latina y buena parte de Estados Unidos, gracias a esta propuesta artística. Al final, el público espera una propuesta musical irresistible (como se logró en las primeras ediciones del evento), y para ello CND tiene que estar convencida de la importancia de este renglón, dadas las características actuales del mercado.
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