Los inicios de cualquier artista consciente de la importancia de pisar en terreno firme, dejan poco espacio a las licencias creativas. En La resbalosa, tercer LP de Johnny Ventura que se estrenó en el 1964 y en Venezuela se editó como La coquetona (Fonograma FLP-770), el artista sigue forjando un repertorio tradicional, apegado a los ritmos predominantes: el guaguancó, por ejemplo.
Las referencias a los ritmos afrocaribeños marcan la tendencia, las canciones de compositores consagrados y el Johnny escritor no se arriesga, sino que echa manos a su Toñita, que aparece en su primer LP, La agarradera. Hablamos de un período en que el artista va a lo seguro, transcurrido tan solo tres años de concluida la era de Trujillo.
El pambiche que abre el repertorio, autoría de José Lázaro Sosa, compositor del clásico Feliciana que grabó Joseíto Mateo, confirma esa teoría. Y es una delicia la interpretación de La resbalosa de Ventura. Escuchar ese intercambio rítmico entre las trompetas y los saxofones. En esa misma línea se circunscribe Con el pico prendío, de Eloy Tejada. El artista sigue apegado a la fórmula tradicional, con Loreta (Mis amores) del célebre músico y compositor Luis Alberti.
Podríamos ubicar esta producción discográfica como el inicio de un proceso de transición, para entender su proceso creativo. Eso justifica la inclusión del mambo instrumental Hello, Josie, de Papa Molina, uno de los maestros del legendario merenguero. A Johnny lo que le interesaba, para seña basta analizar con justicia su trayectoria, era producir buena música, aunque esto se trajera en un menor protagonismo. De esta forma, entendemos mejor que aquí sigue compartiendo con Luis Sánchez la interpretación de sus canciones.
Volvemos al guaguancó. Primoroso el mix de Dilema, del célebre Juan Lockward; y Como me besabas tú, de José Dolores Cerón. Magnífica la ejecución de la trompeta y el saxofón, una vez más. Para la versión venezolana, el pambiche La resbalosa pasa a ser La coquetona, autoría de Antonio Perdomo, un audaz guaguancó en su punto. Por esos caminos transita el merenguero con su Toñita, una reafirmación de su versatilidad escénica.
Además de compartir las voces con Johnny, Luis Sánchez hace aportes apreciables como compositor. Suyas son las letras de los boleros Di porqué y Tus miradas, y de la guaracha Sara y nana. El tercer larga duración del artista redondea el repertorio con el mambo Andalucía, del cubano Ernesto Lecuona, la única canción escrita por un extranjero. Una producción que, para la salud auditiva de los melómanos exigentes, sigue tan vigente como en aquel entonces.
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