Ya inició el nuevo sexenio de la primera presidenta de la historia de México en 200 años de historia, la doctora Claudia Sheinbaum, con 62 años de edad, un doctorado en Física, 15 años de experiencia en la alta administración pública y una vida asociada a las causas progresistas y una confianza absoluta en la ética, el trabajo, la razón y la ciencia como las claves para afrontar los problemas del país. Es el delfín del saliente líder del partido Morena y ex presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO. Es decir, continuará la senda y el trabajo de Morena pero a su estilo. Muchos desafíos sobre sus hombros.
A inicios de esta semana, Amlo en su última y acostumbrada rueda de prensa llamada «La Mañanera», se despidió y rindió un informe con muchas falsedades y verdades a medias. Típicos de muchos presidentes cuando se despiden. Un gobierno que ha estado marcado por mucho populismo y el incremento de la inseguridad ciudadana. Allí en esa despedida, cantaron, brindaron y hasta Amlo rifó entre los periodistas presentes su reloj. El hombre de 70 años y líder indiscutible de la izquierda mexicana, se negó, como dicen un artículo publicado en el periódico El País, a ser un pato cojo en el último tramo de su gestión y ha estado activo en la vida pública hasta el último minuto.
En ese mismo acto, López Obrador destacó la fortaleza del peso frente al dólar, el aumento histórico del salario mínimo, el gasto público en programas sociales y el alza en las remesas enviadas por los mexicanos en EEUU para sus familias, resaltó también la disminución de la pobreza, a la vez que ha aumentado las ganancias de los banqueros, y es importante señalar también, que las fortunas de los muy ricos en México se ha multiplicado en este sexenio. Todas estas directrices de carácter populista pero necesarias, no brillan tanto al lado del incremento de la violencia, muertes y desapariciones de ciudadanos.
Actualmente, los herederos de los grandes carteles de la droga en México se disputan a muerte el control y el poder del negocio, mientras sus fundadores están cumpliendo condena en los Estados Unidos, pero el gobierno de López Obrador ni una palabra sobre esa violencia descomunal que sufre su país.
Un país con grandes desigualdades como el resto de Latinoamérica. Un país con mucha corrupción, complicidad entre la justicia, policías y el crimen organizado porque lamentablemente México es un narco estado, un narco sistema como muy bien lo dice y repite en base a sus investigaciones la periodista mexicana Anabel Hernández. Busquen su canal de YouTube y compren su último libro sobre el apoyo y las relaciones de López Obrador con el cartel de Sinaloa. Se los recomiendo.
Sí, la presidenta Sheinbaum tiene muchos desafíos que vencer y lograr en este «nuevo» sexenio. Elegida por mayoría y sin rastro de priismo, la presidenta, aunque suene a espejismo, debe luchar por tener un país seguro para las mujeres y todos los ciudadanos de ese hermoso país. El narco continúa y continuará permeando los cimientos del Estado mientras se comulgue desde el Estado con ellos.
México debe y merece ser un mejor México.
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