El vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), José Leonel (Neney) Cabrera, advirtió este miércoles que de proseguir la tirantez e intransigencia que hoy exhiben algunos actores fundamentales de esa organización política, “nuestro Partido irremediablemente entrará en estado de coma y cuya supervivencia sería de pronósticos reservados”.
Cabrera fue categórico en señalar que el “único antídoto” que podría revertir el impasse existente en el PRD es retornando al dialogo sincero y abierto entre las partes, “depositando el odio y los rencores en el viejo baúl del perdón”, comentó.
“Aquí parece que hay una especie de machismo político, pareciera que están echando un pulso para ver quién es mas viril en sus planteamientos, eso es lo que parece, porque no hay justificación alguna para que no se le ponga fin a esta improductiva disputa”.
Neney Cabrera recordó que el PRD ha sido una columna fundamental en la vida democracia de la nación “y quienes contribuyan a la destrucción de este instrumento serán procesados por el tribunal de la historia y sus credenciales políticas serán de triste recordación para el pueblo dominicano”.
Dijo que el PRD debe ser preservado porque ante su eventual desaparición, el destino del sistema de partidos y del pueblo dominicano sería incierto.
El dirigente político, consideró “urgente” sea retomado el diálogo y que del mismo debe salir consensuado la articulación de una agenda que posibilite, en una primera fase, la celebración de la Convención Nacional Extraordinaria donde sea escogida la nueva dirección partidaria para sacar al partido blanco del prolongado letargo en que lo ha sumido la crisis.
“Esta convención bien podríamos llevarla a cabo en febrero del 2014, para poder tener tiempo de elaborar un padrón transparente, ir despejando el camino para que esa fiesta de la democracia sirva de plataforma para el retorno de nuestro partido al poder en el 2016”, señaló.
Neney Cabrera expresó que en una segunda fase, habrán de efectuarse la Convención para la escogencia del candidato a la presidencia de la República y a cargos congresuales y municipales, “con garantías de transparencia, amplia participación y sin exclusiones”.
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