San Juan, Puerto Rico. A pesar de que no cuenta con un respaldo importante de las multinacionales, de la radio, más cuando también le hacer falta un buen catálogo de relevo y lo miran por encima del hombro en los renglones de premiaciones internacionales. el merengue como ritmo está latente.
Con sus altas y bajas, sin nuevos colores, relevos o no relevos –esos que tanto se le exigen al merengue– nadie menciona o toma como estadísticas favorables a los últimos nuevos exponentes con los que ha contado e el ritmo en los últimos años.
Están ahí, saquen cuenta y se enterarán que les pasaron por el lado, que nunca los vieron como relevo porque se destacaron en la época dorada del merengue en los años 80, y actualmente con una edad que oscila entre los 40 y 50, fueron y pueden ser considerados, todavía, como relevos.
Ahora bien, en estos tiempos el ritmo del merengue tiene una cantidad muy limitada de cantantes y orquestas. Si observamos en otros géneros tropicales y no tan tropicales, las nuevas cosechas han tenido que mantenerse al lado y dentro del conglomerado de la vieja escuela, incluso perteneciendo a orquestas de quienes fueron sus mentores, aunque eso no es un pecado.
En el merengue, esto último es mucho más que pecado para algunos especialistas, porque con otros estilos musicales vemos como se organizan homenajes a un cantante, músico, compositor, promotor, sello disquero o hasta a un band boy y todo es alegría y felicidad. En el merengue eso tiene reglas y excepciones, cuando se trata del mercado nacional o internacional.
Han transcurrido casi tres lustros del nuevo siglo, y el ritmo bandera nacional de República Dominicana, como aquella famosa película de Bruce Willis, casualmente de los 80, el merengue sí que ha sido vilipendiado, pero es muy duro de matar. ¿Será familia de Bruce Willis?
A principios de la década del 2000, orquestas y grupos apostaron a nuevas y buenas propuestas, demostrando que la hora del cambio generacional estaba tocando las puertas.
Un dato interesante, es que el peso y la calidad de un grupo puede mantenerse aún cuando ha transcurrido un cuarto de siglo, sin que su popularidad se vea afectada en el gusto de la gente y en muchos casos, lo que viene detrás es ganancia en todo el sentido de la palabra.
Desde Los Hermanos Rosario, Fernando Villalona, Rubby Pérez, Eddy Herrera, Juan Luis Guerra, Sergio Vargas, Toño Rosario, Kinito Méndez, entre otros, pudieron pasar la antorcha del relevo a uno de los artistas más completos que han surgido en los últimos 20 años en la música: Héctor Acosta (El Torito).
Todos ellos entraron al nuevo siglo con colores nuevos pero muy pocos les pusieron interés. Al contrario, ya para el 2002 comienza con fuerza la guerra contra el ritmo, que se manifestó desde la misma República Dominicana.
En Puerto Rico ni se diga y nada tenía que ver en ese momento con ritmo nuevo alguno, al contario, otros géneros que comenzaron a pegar en ese momento, como es el caso del reggaeatón, lo primero que hicieron sus principales exponentes fue utilizar una base rítmica sustentada en el merengue, como la güira, la tambora y el acordeón, por ejemplo, el hit «Mayor que yo», un clásico del género en el que participan Daddy Yankee, Héctor El Father, Wisin y Yandel y otros más.
Comentarios