La sangre azul corre por sus venas y no precisamente porque sea de la realeza británica, ni siquiera de la española. Todo por obra y gracia del deporte, del béisbol más bien, el pasatiempo de los dominicanos. Y si el juego es entre las Águilas Cibaeñas y los Tigres del Licey, la cosa se pone seria.
Serio se pone Jhoel López cuando asume el micrófono en rol de presentador (fuera de la televisión) y animador durante los juegos del Licey en el Estadio Quisqueya. Lo único que le faltaría es tomar el bate y la pelota, porque juega como el que más y cuando de animar a la fanaticada se trata, pues nada como pez en el agua.
Un ritual que sus fanáticas (no las del Licey, sino las de él, y López se vanagloria en estrujarnos en la cara que son muchas) siguen en las redes sociales, desde que el joven aún entra al baño para prepararse cuando tiene que ir al play. Los colores azules y negro no pueden faltar, porque la indumentaria que usa el carismático Señor López (aquí nos ponemos serios) está muy por encima de la que solía vestir cuando jugaba en la liga de baloncesto Lo’ Ma’ Mejore’.
Eso es tiempo pasado, porque Jhoel López está fuera de liga (eso dice él con frecuencia). Créanlo o no, el hombre tiene los dedos cruzados porque Licey clasifique y su reinado en las gradas del Glorioso equipo capitaleño se prolongue más allá del Round Robin. Recemos.
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