Hay quienes condenaron políticamente al presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Leonel Fernández, por haber permitido que los caballos que cabalgan a ritmo de la reelección en el Comité Político pusieran sobre la mesa –y en agenda– la reforma constitucional que habilitaría a Danilo Medina para aspirar a un segundo período presidencial.
Los críticos de la posición de Fernández en ese sentido, argumentaron que el Comité Político nunca tuvo, como organismo, fuerza deliberativa en torno a los movimientos reeleccionistas y que por ello, el presidente del PLD debió oponerse a ello debido a sus propias aspiraciones para las elecciones de mayo del 2016.
Como se esperaba, en medio de una ola de incertidumbre y expectativa, la reunión del Comité Político peledeísta que se celebró en Juan Dolio el 19 de abril, con una votación 25 a 11 a favor de la modificación constitucional, acentuó la Guerra Fría que tiene al partido de Gobierno dividido en dos pedazos.
No creo que Leonel Fernández cometiera un error dejando al oficializar orgánicamente la discusión de la modificación a la Constitución, que actualmente prohíbe la reelección. Si bien es cierto que tiene un dilema serio debido a su condición de presidente del partido y aspirante a la candidatura, jugó la mejor carta que habilitó los trabajos para que los simpatizantes de Danilo Medina continuaran sus gestiones en dirección a una Asamblea Nacional Revisora.
Institucionalmente, el ex presidente Fernández se ha mantenido firme y coherente, y aún cuando los senadores y diputados que apoyan sus aspiraciones voten contra la modificación a la Carta Magna, al final no se le podrá acusar que como líder del PLD se convirtió en un obstáculo para que este tema agote su ciclo congresional correspondiente.
A Danilo Medina –estratega político curtido en el oficio– no se le ha escuchado públicamente decir que quiere reelegirse. Es el «pueblo» y los caballeros de la administración pública que empujan esa maquinaria que va a la velocidad que exige la pronta definición del tablero electoral con un año justo para las elecciones del 2016.
El debate sobre la reeleción, cuya manifestación volcó a una buena parte de las entidades e instituciones del stablishment a un rechazo olímpico, tiene enredado entre las patas de los caballos a quienes favorecen y a quienes se oponen a una eventual repostulación de Medina, con una interpretación distinta de lo que establece la Constitución.
Leonel Fernández, en tanto, sigue jugando sus cartas sobre el tablero de la institucionalidad, con los escuderos del Poder Legislativo que impulsan sus aspiraciones –con un derecho tan legítimo como el que dicen tener los del ala reeleccionista– pero con los vientos a favor del líder peledeísta, que tiene los votos que pueden terminar de cuajo con las intenciones de modificar la Carta Magna.
La primera batalla pública de la Guerra Fría entre los peledeístas está pautada para este miércoles a las 4:00 de la tarde en la arena del Senado de la República, donde 15 de los 32 honorables están del lado de Leonel Fernández. Si todo se produce tal cual adelantó Cristina Lizardo, presidenta de los senadores (pro modificación constitucional para reestablecer la figura de la reelección), el proyecto de ley sería enviado a comisión para su discusión. Pero como en una Guerra Fría las cosas nunca son tan claras para quienes estamos en la cera del frente, queda esperar y ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Comentarios