Como el agua que corre por el río, Vakeró no es lo que era. Quien tiene un encuentro cercano de tercer tipo con el autodenominado «rapero de los raperos» sabe de lo que hablamos.
Todo parece indicar que el intérprete de «Mujer tan chula» está de chulerías con la vida, con la gente, con la música, con el mundo. Dicen que cuando un hombre (o una mujer) pasa por la cárcel sufre un cambio y asume una nueva filosofía de vida.
Y eso vino después, precisamente después de un episodio que ya el artista no quiere ni recordar. Cualquiera. Ahora, con un nuevo equipo de trabajo rendido a sus pies, con el megahit urbano del año, «Hoy se va a beber» y una agenda cargada de actividades que lo llevan por cada rincón del país, nos preguntamos: ¿Qué más puede pedir Vakeró?
La fotografía habla por sí sola, el cantante parece un hombre nuevo, tranquilo, concentrado en sus vaivenes profesionales, más que personales. Nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refrán. Para los que llevan anotaciones, al parecer Vakeró se prepara para recibir un 2014 como nunca antes: afianzar su carrera y dejar atrás el pesado pasado que motorizó un verdadero cambio en su vida.
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