Un día de 2011, Etzel Báez, en ese entonces crítico de cine en el periódico El Caribe donde ejercía de editor de la sección de Arte & Espectáculos, me pone el tema de las series de televisión. Le dije de cuajo que no veía series, salvo en aquellos tiempos cuando disfrutaba de «Happy Days» («Días felices») o «La familia Monsters», para solo mencionar algunas, pero que en esos días simplemente no era capaz de sentarme a consumir horas viendo series.
Con una sonrisa medio en burla medio en broma, Etzel se pone serio y promete prestarme una serie que me haría cambiar de opinión. Sin mostrarme interesado en su promesa, nos despedimos hasta la semana siguiente, cuando en efecto regresó con una memoria USB donde grabó las cinco temporadas de The Wire (2002-2008), la producción transmitida por HBO creada por el periodista David Simon (Washington, 1960). Esta vez, mi buen amigo no hizo comentarios, solo me dejó sobre el escritorio los 60 capítulos de este drama sobre los problemas de la droga, la educción, la corrupción policial en Baltimore, ciudad donde su creador ejerció el periodismo durante muchos años.
The Wire supuso mi «regreso» a las series de televisión, en una nueva época de esta lucrativa y creciente industria estadounidense, hoy tan importante y fecunda como lo es el mismísimo Hollywood de estos años. Son otros tiempos, definitivamente. La historia de esta producción –que se estrenó el 2 de junio de 2002– arranca con el detective Jimmy McNulty (Dominic West, ahora protagonista de la excelente «The Affair»), sentado en los escalones frente a una casa donde se había cometido un asesinato en Baltimore. Un drama comunitario en el que estaban involucrado jóvenes, adolescentes y hasta niños, retratado con la precisión, los detalles y las garras (y el enganche) característicos del buen periodismo. El Periodismo con mayúsculas.
Con tan solo ver algunos capítulos de la primera temporada, no tenía palabras para socializar sobre esta producción con Etzel. La «seguidilla» llegó al punto que un día, al filo de las 3 de la madrugada, tuve a punto a marcar el teléfono de Etzel porque necesitaba comentarle la calidad de esta serie de David Simon.
The Wire es hoy una de las mejores series de televisión en la historia. En la nueva historia de esta industria. Tiene un tratamiento serio, sobre temas serios como el narcotráfico, con actuaciones inigualables, gracias a la naturalidad de un reparto enriquecido, en muchos casos, con residentes de la misma comunidad donde está ambientada.
En estos días, con un ritmo trepidante de estrenos y producciones de los principales canales de televisión por cable –HBO, CBS, FOX, Warner Channel, ABC, TMC, Cinemax– que ahora también tienen una fuerte competencia frontal con los servicios streaming de Netflix y Amazon, para solo citar dos, hay mucha tela por donde cortar. Géneros, estilos, historias, directores, guionistas y productores, convergen en una especie de montaña rusa con un espectador ancioso que espera las nuevas temporadas de sus programas favoritos.
Netflix, por ejemplo, nos da la oportunidad de revisar aquellos capítulos de la exitosa «Friends» que veíamos irregularmente, y disfrutar de una comedia refrescante y original, cargada de momentos inolvidables de los seis amigos newyorkinos que cautivó a millones de espectadores durante 1994-2004. Todo un lujo.
Es quizás en los años 90 cuando el fenómeno de las series de televisión cobra un nuevo impulso. Es una industria que incluso ha seducido a directores de gran renombre en Hollywood –HBO estrena el 14 de febrero «Vinyl», una producción original de Martin Scorsese, Mick Jagger y Terence Winter, sobre la convulsionada industria musical de los años 70 ambientada en Nueva York–, pero también a conquistado a celebridades del cine, creadores de programas únicos, de una calidad envidiable y fichado célebres guionistas con salarios exorbitantes. Ya Scorsese había dirigido el primer episodio de Boardwalk Empire, serie en la que fue productor ejecutivo junto al actor Mark Wahlberg.
Gracias a Etzel Báez me [re]enganché a las series de televisión y en esta nueva era puedo enlistar las que considero las mejores producciones de los últimos tiempos. Eso puede ser en una próxima entrega.
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