Una madre soltera, con cuatro hijos y viviendo en la pobreza extrema en un caserío en las afueras de Uganda, (Lupita Nyong’o), encuentra en la destreza y pasión de su hija por el ajedrez, (Madina Nalwanga), la oportunidad de salir del fango.
Esa es a grandes rasgos la síntesis de Queen of Katwe, pero el camino para llegar a ella no es así de simple y llano.
Narrada con buen pulso por la directora nacida en India Mira Nair, a pesar de que el metraje del film se torna excesivo y algunos atajos del guion le restan consistencia, la película de todos modos impacta con la crudeza circundante y las enérgicas y convincentes actuaciones de su estupendo elenco.
La historia, basada en hechos reales, es innegablemente sentimental, pero no lo es en términos reprochables o de forma exagerada, y por ello difícilmente alguien pueda permanecer impasible antes las vicisitudes y carencias que enfrenta esta familia, en contraposición a su empeño por salir adelante.
Phiona (Madina Nalwanga), una teenager que no sabe leer ni escribir, y está dedicada a ayudar a su madre vendiendo vegetales en las atestadas y coloridas calles de Uganda, descubre un día y sin proponérselo que tiene un talento innato para el ajedrez.
Es así como, ayudada por el misionero Robert Katende –en otra notable actuación de David Oyelowo (Selma)– se inicia el periplo de una niña que desde las empobrecidas entrañas de Uganda llegó a hacer historia en los Juegos Olímpicos.
Probablemente Queen of Katwe no pueda desprenderse del tradicional convencionalismo y la excesiva indulgencia que la determina, –tal vez por tratarse de una película Disney– pero a pesar de ello su encanto es indiscutible. Con una expresiva y contundente fotografía y una puesta en escena diáfana y fluida, el film llega al espectador de forma directa y conmovedora.
La película está narrada con un tono vivaz e inspiracional, y como consecuencia, no tiene el sentido trágico o amargo que algunos echarán en falta. Sin embargo, la directora nair captura con tal gracia y autenticidad los vaivenes de una cotidianidad desprovista aún de lo más esencial que uno no puede sino quedar prendido de ella.
La debutante Nalwanga impresiona y captura el corazón del público en un rol que no le exige muchos diálogos, pero si buen dominio del lenguaje corporal. De cualquier modo, no obstante, la evolución de su personaje es orgánica y profundamente creíble.
Excelente actuación de Lupita Nyong’o en su primer rol estelar desde que ganara el Oscar como mejor actriz secundaria por 12 Years a Slave.
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