Juan Basanta, con un talento pulido detrás de las cámaras durante muchos años dirigiendo videoclips con registros admirables, maduró la idea de pasarse a la gran pantalla, asumiendo la que hasta la fecha es la película con el presupuesto más alto aprobado por la Dirección de Cine, RD$70 millones, desde que se aprobó la ley que ha estimulado –y enriquecido artística y técnicamente– este renglón del entretenimiento.
El presupuesto permitió que Basanta tuviera posibilidades que el dinero trae consigo, y esto hay que puntualizarlo, en un sentido positivo: disponibilidad de más tiempo para filmar, fichaje de un elenco combinado entre actores y actrices con experiencia trabajando al lado de talentos más nuevos pero que logran interpretaciones aceptables, y una labor de posproducción cuyos buenos resultados se sienten, por ejemplo, en la musicalización, edición de sonido y la fotografía.
Biodegradable, que se estrenó en la apertura de la séptima versión del Festival de Cine Global de Funglode, es la ópera prima de Basanta, y como tal, tomando como rasero las características y la etapa de aprendizaje en que está el cine nacional, puede valorarse como una producción cierra con un saldo favorable que debe manifestarse, a futuro, en la carrera del realizador.
Frente a su peculiar selección de locaciones, la atmósfera e incertidumbre presente en su argumento desde el principio, y el trabajo cinematográfico del veterano Claudio Chea, permiten la concepción de imágenes que enriquecen la película. Terminamos, por esa parte, con una satisfacción generada por el sentido de saber que el cine va por un buen camino.
Basanta exprime al máximo la experiencia ganada en sus mejores años como director de videos. Y se siente ese peso, el cual para nada se equipara a otros dos aspectos que restan, de manera convincente, a la cinta: su intrincado argumento y la poca credibilidad interpretativa de algunos de sus personajes.
Porque la recreación, muy bien intencionada de su realizador, de ese mundo futurista se acerca al siempre desafiante género de la ciencia ficción, y ese contraste injustificado –sin referencia alguna que nos ubique sobre el porqué la militarización de la ciudad, o los cuadrantes, como se le califica en la película– va contracorriente, como barco que salió al mar sin puerto de destino.
«Nada será como antes», pero en los primeros 35 minutos es un lapso prudente para saber de qué va Biodegradable, punto en el que muchas preguntas, con respuestas que debimos conocer, quizás, al principio, van empujando contra el sentido común, la lógica que justifica las extremidades de un cuerpo cinematográfico.
Juan Basanta, con su primera película, pone sobre la mesa una ficha que descodifica lo buena que puede ser su partida ahora como director de cine, un lenguaje muy distinto a lo que antes había trabajado en el videoclip. Con sus virtudes técnicas y deficiencias notables –repartidas entre personajes mejorables y un guión enmarañado– Biodegradable es una película de referencia, con aportes que se deben tomar en cuenta.
Ficha técnica
Director: Juan Basanta. Intérpretes: Hemky Madera, Liz Gallardo, César Évora, Dalisa Alegría, Pachy Méndez, Cecilia García, Liche Ariza, Héctor Then, Francisco Cruz y Ángel Haché. Guión: Juan Basanta y Marcel Fondeur. País: República Dominicana. Año: 2013
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